domingo, 1 de abril de 2012

MGP a 92 años


Al Maestro Manuel González Prada, a 92 años de su muerte 


Taller Antenor Orrego 


¿Por qué a sus hijos dan una nodriza los ricos y los nobles?
Porque a chupar aprendan desde chicos la sangre de los pobres.
Manuel González Prada, Libertarias. 


El escritor rebelde Manuel González Prada [5 de enero de 1844-22 de julio de1918] castigó con
su verbo punzante el derrotismo y la corrupción imperantes después del catastrófico fracaso
peruano en la Guerra del Pacífico [1879-1883]. La presencia de González Prada señaló la
frontera entre dos épocas en la política y la cultura peruanas.
González Prada defendió la libertad de cultos y la educación pública libre y gratuita, el
descentralismo y el derecho del pueblo a la insurgencia. Fue promotor del sindicalismo obrero,
la igualdad del hombre y la mujer y la reivindicación de la raza indígena.
En el campo literario fue un innovador de la estrofa y la métrica poéticas y puso fin a la
subordinación de los literatos peruanos a la tradición y las modas hispanas.
El Maestro realizó esta obra de renovación en un medio políticamente hostil y plagado
de conservadurismo. Donde las antiguas dinastías terratenientes y los grupos oligárquicos
intentaban cubrir su fracaso histórico con oropeles aristocráticos y fanatismo religioso.
Su obra escrita y su personalidad inspiraron a la generación joven que formó en Trujillo
el «Grupo Norte» y creó en muchas ciudades del país las Universidades Populares. Haya de la
Torre lo conoció en 1917. El aprismo considera a Manuel González Prada su precursor.


Ricardo Palma(primero izquierda) M.Gonzàles Prada y otros en el campo


LAS FLECHAS DEL INCA
Tuvo tres flechas en la mano el Inca
Y, alegre, a la primera preguntó:
—«Amiga fiel, envenenada flecha,
Di, ¿qué me pides hoy?»
—«Fuerte guerrero de infalible pulso,
De bravo corazón,
Te pido sólo destrozar las alas
De cóndor volador».  2
Tuvo tres flechas en la mano el Inca
Y, alegre, a la segunda preguntó:
—«Amiga fiel, envenenada flecha,
Di, ¿qué me pides hoy?»
—«Fuerte guerrero de infalible pulso,
De bravo corazón,
Te pido sólo desgarrar el seno
De tigre acechador».
Tuvo tres flechas en la mano el Inca
Y, alegre, a la tercera preguntó:
—«Amiga fiel, envenenada flecha,
Di, ¿qué me pides hoy?»
—«Fuerte guerrero de infalible pulso,
De bravo corazón,
Te pido sólo atravesar el pecho
De vil conquistador».
Manuel González Prada, 1870.


Manuel González Prada concluyó sus estudios escolares en el Convictorio de San Carlos.
Inició estudios universitarios de Derecho pero hacia 1870 prefirió dedicarse a la agricultura en
el predio familiar del valle de Cañete.
En diciembre de 1880 se incorporó a las reservas ante la inminencia del ataque chileno
a la capital. Con los galones de capitán reservista sirvió en las filas de la Primera Compañía del
Batallón N.° 50. Tuvo a su cargo una posición de artillería en el fuerte El Pino durante la Batalla
de Miraflores el infausto 15 de enero de 1881. Agotadas las municiones y fracasada la
contención de los invasores chilenos, recibió la orden de destruir sus armas y replegarse.
Soportó la ocupación de Lima recluido voluntariamente en su hogar. Durante el período
de reconstrucción nacional, incursionó en la literatura y el periodismo. Participó en forma
destacada en el «Club Literario» al lado de Luis Benjamín Cisneros y Ricardo Palma. Luego
integró el «Círculo Literario», de perfil más iconoclasta, al lado de Luis E. Márquez, Germán
Leguía y Martínez y Abelardo Gamarra.
En este período inició González Prada su doble actividad, por una parte de renovación
estética y otra de condena de la indolencia, la corrupción y la falsa gloria de políticos y hombres
de letras. Pronto tuvo un buen número de seguidores de sus ideas que lo instaron a formar un
partido político en 1891. Este se llamó la Unión Nacional, pero González Prada rehusó ser el
caudillo o personero de dicha entidad. Optó por viajar a Europa y residir allí por varios años con
su esposa Adriana de Verneuil. En Francia nació su hijo Alfredo, quien llegó a ser periodista y
diplomático así como celoso defensor de las ideas de su padre. Apenas regresó al Perú en
1898, González Prada se apartó de la Unión Nacional debido a que gestó una alianza electoral
con el Partido Liberal. Entonces maduró simpatías hacia el anarquismo, orientándose a brindar
ideas de rebeldía a los obreros.    

PENSAMIENTOS DE REBELDÍA DEL MAESTRO
«Cierto, el camino de la sinceridad no está circundado de rosas: cada verdad salida de
nuestros labios concita un odio implacable, cada paso en línea recta significa un amigo menos.
La verdad aísla; no importa; nada más solitario que las cumbres ni más luminoso. Rompamos
el pacto infame y tácito de hablar a media voz».  
Manuel González Prada
Discurso en el Teatro Olimpo, 1888. 4
«Hablo, señores, de libertad para todos, y principalmente para los más desvalidos. No forman
el verdadero Perú las agrupaciones de criollos y extranjeros que habitan la faja de tierra
situada entre el Pacífico y los Andes. La nación está formada por las muchedumbres de indios
diseminadas en la banda oriental de la cordillera».
Manuel González Prada
Discurso en el Teatro Politeama, 1888.
«Hoy el Perú es organismo enfermo: donde se aplica el dedo brota pus. [...] ¿Qué fue nuestra
política? El arte de gobernar a los hombres como se gobierna una máquina o un rebaño. ¿Qué
nuestros políticos? Sindicato de ambiciones malsanas donde por una selección invertida
predominaron como flor y nata el médico sin clientela, el banquero en liquidación, el periodista
sin suscriptores, el hacendado en ruina, el comerciante en quiebra, el ingeniero sin contratas,
el militar sin hoja de servicios y señaladamente el abogado sin pleitos. Por el rodadero de la
política bajó todo a corromperse en charco cenagoso y pútrido».
Manuel González Prada
Propaganda y ataque, 1888.
«Cuando preconizamos la unión o la alianza de la inteligencia con el trabajo no pretendemos
que a título de una jerarquía ilusoria, el intelectual se erija en tutor o lazarillo del obrero. [...]
Los intelectuales sirven de luz pero no deben hacer de lazarillos, sobre todo en las tremendas
crisis sociales donde el brazo ejecuta lo pensado por la cabeza».
Manuel González Prada
El intelectual y el obrero, 1905.
«¿Qué es un Congreso peruano? La cloaca máxima de Tarquino, el gran colector donde
vienen a reunirse los albañales de toda la república. Hombre entrado allí, hombre perdido. [...]
La techumbre de un parlamento es demasiado baja para la estatura de un hombre honrado.
Hasta el caballo de Calígula rabiaría de ser enrolado en semejante corporación».  
Manuel González Prada
Los honorables, 1914.
«A nada tienen derecho, ni siquiera al desdén piadoso, los que de tal manera traspasan el
límite de la servidumbre voluntaria. Gentes con hambre de sufrir  buenos tiranos se hallan
maduras para la conquista: merecen el yugo extranjero, ya que boyunamente claman por el
yugo nacional. Quienes toleran caporales, aguantan conquistadores».
Manuel González Prada
El caporalismo, 1914.

González Prada fue duramente atacado cuando aceptó del presidente Augusto B. Leguía la
dirección de la Biblioteca Nacional en 1912, vacante por la renuncia de Ricardo Palma. Sin
embargo, renunció a su cargo en 1914, tras el golpe militar que depuso al presidente Guillermo
E. Billinghurst, siendo restituido en dicho cargo por el gobierno constitucional de José Pardo en
1916.
En esta última etapa de su vida obtuvo el reconocimiento de la nueva juventud
intelectual, como Abraham Valdelomar y el Grupo «Colónida» con Federico More y Augusto
Aguirre Morales; Antenor Orrego y el Grupo «Norte» con César Vallejo y Victor Raúl Haya de la
Torre; al igual que José Carlos Mariátegui y César Falcón, directores de «Nuestra Época».  
Manuel González Prada publicó en vida dos compilaciones de sus artículos: Pájinas
libres (1894) y  Horas de lucha (1908). Su hijo Alfredo, con la colaboración de Luis Alberto
Sánchez, publicó en forma póstuma Bajo el oprobio (1933), Anarquía (1936); Nuevas pájinas
libres (1937); Figuras y figurones (1938), Propaganda y ataque (1939), Prosa menuda (1941) y
El tonel de Diógenes (1945).
En vida el Maestro publicó tres libros de poemas: Minúsculas (1901), Exóticas (1911) y
Presbiterianas (1909). Alfredo González Prada y Luis Alberto Sánchez publicaron después
Trozos de vida (1933), Baladas peruanas (1935), Grafitos (1937), Libertarias (1938), Baladas
(1939) y Adoración (1947). Asimismo un tratado sobre composición poética titulado Ortometría
(1977). También debemos a Sánchez los siguientes estudios biográficos: Elogio de don Manuel
González Prada (1922); Don Manuel (1930), biografía novelada traducida al francés en 1931; y
Nuestras vidas son los ríos... historia y leyenda de los González Prada (1986); también ha sido
Sánchez editor de Redes para captar la nube (1946) biografía y antología de Alfredo González
Prada; y  Mi Manuel (1947), libro de memorias de la viuda del Maestro, doña Adriana. Luis
Alberto Sánchez finalmente dirigió la publicación de las Obras completas de Manuel González
Prada en 6 volúmenes entre 1986 y 1989.
Aunque Víctor Raúl Haya de la Torre recién pudo conocer al Maestro en 1917, un año
antes de su deceso, y su futuro biógrafo Luis Alberto Sánchez era todavía muy joven para
aproximarse a él en 1916 o 1917, luego mantuvieron una cercana amistad con la familia
González Prada. Por iniciativa de Haya de la Torre los jóvenes agrupados en torno a la reforma
universitaria en 1919 se proclamaron gonzalezpradistas, como lo fueron también los obreros y
estudiantes que luego fundaron el movimiento de las Universidades Populares en 1921,
dándole el nombre «González Prada» en 1922. Fue bajo la sombra inmortal del gran apóstol de
la rebeldía social que se realizó la protesta multitudinaria del 23 de mayo de 1923 liderada por
las Universidades Populares «González Prada» y en particular por su rector, Haya de la Torre.


Alfredo, hijo único del maestro, murió en 1943. Doña Adriana falleció en 1948. Tanto Alfredo
como doña Adriana habían dispuesto en sus testamentos que en representación del Partido
Aprista, Víctor Raúl Haya de la Torre sea heredero universal de los bienes de la familia y de la
biblioteca personal del escritor. La oleada represiva antiaprista de octubre de 1948 frustró esta
voluntad de los deudos del Maestro. Al ser privado de la nacionalidad peruana por la dictadura
de Manuel Odría, el jefe del aprismo no pudo ejercer su condición de legatario.
El APRA, desde 1924, difundió la vida y obra de González Prada por todo el continente
y ha celebrado las fechas de su nacimiento y deceso con actos políticos masivos. Pero el mejor
homenaje que se le ha rendido fue la refundación, cada vez que el Partido Aprista tuvo
legalidad en vida de Haya de la Torre, de las Universidades Populares «González Prada»
como entidades autogobernadas democráticamente, al servicio de la educación popular. Esta
es una tradición característica del «partido-escuela» fundado por Haya de la Torre que no
debería desaparecer.

http://www.tallerorrego.org/doc/Hugo_vallenas/Gonzales_Prada_y_Haya_de_la_Torre.pdf





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