martes, 24 de abril de 2012

El Mercurio diario chileno

El Mercurio como agitador político


El Profesor de Filosofía y Ciencias Sociales de la York University de Canadá, presentó su estudio "Argumentación en la prensa escrita: el caso El Mercurio", dentro del ciclo de seminarios del Centro de Estudios de la Comunicación.

¿Cómo puede evaluarse la propaganda? ¿Cómo abordar el tema de la argumentación en los medios de masa? Preguntas difíciles de responder a las que el profesor Claudio Durán intentó aproximarse a través de la presentación de su estudio "Argumentación en la prensa escrita: el caso El Mercurio", el lunes 13 de noviembre en el ICEI.

El académico chileno, que se desempeña como Profesor de Filosofía y Ciencias Sociales de York University, Canadá, se reunió con docentes y estudiantes de nuestro Instituto en el marco del ciclo de seminarios desarrollados por el Centro de Estudios de la Comunicación.

Sabida es la importancia que ha tenido y tiene El Mercurio en el acontecer nacional: “Representa el desarrollo espiritual, la cultura artística y la moral del país”, dijo alguna vez Gabriela Mistral; “El Mercurio Miente” sostuvieron durante la reforma universitaria del ‘67 los estudiantes de la Universidad Católica a través de un gran lienzo colgado en su casa central, “Es imposible entender la historia de Chile sin El Mercurio”, señalaría en el centenario del periódico el ex presidente de Chile, Ricardo Lagos.

Ante tal figuración cobra importancia el estudio que hace Durán sobre el rol de El Mercurio en cuanto propagandista de agitación. Se sabe que, como señaló el académico, “Durante los años de la UP, El Mercurio hizo propaganda de oposición subversiva, destinada a socavar al gobierno”. Pero ¿cómo lo hizo? Durán y su equipo realizaron un análisis de todas las portadas del diario entre agosto del ‘72 y marzo del ‘73, la época en que “muestran una propaganda de agitación de El Mercurio en niveles más altos cualitativa y cuantitativamente”.

El estudio, plasmado en el libro “El papel del diario El Mercurio en la agitación política previa al golpe de Estado de 1973”, concluyó que en las páginas de este diario predominaban, por orden de importancia, los siguientes temas: Necesidad de orden, Violencia marxista, Ataques a la democracia, Incompetencia de la Unidad Popular, Fracaso internacional del marxismo socialista e Imagen angustiosa del mundo. Cada tema no se explica por sí mismo sino en relación con los demás: “Por ejemplo la imagen angustiosa del mundo, El Mercurio la relacionó con la violencia del marxismo”, explicó Durán, distinguiendo en esta propaganda una suerte de lógica de yuxtaposición. Ésta consistiría en ubicar dentro de las páginas información referente, por ejemplo, a crímenes, junto noticias referidas a la acción comunista, de modo que se vaya estableciendo una relación entre ambas cosas. “Al analizar las páginas de El Mercurio se hace patente la asociación del marxismo con criminalidad”, explicó. El mensaje que habría querido construir El Mercurio a través de esto, según concluyó el académico, es algo así como que “El gobierno de Allende, dominado por marxistas, es incapaz de hacer que el país funcione. Y esto exige la respuesta de las Fuerzas Armadas para reestablecer el orden”.

Asco y horror


En este sentido resulta sorprendente el seguimiento que realizó Durán a los temas de crónica roja aparecidos entre el ‘72 y el ‘73 en las páginas de El Mercurio. Dos semanas antes de la elección parlamentaria, apareció la noticia de un descuartizamiento en Quilicura. Los trozos del descuartizado fueron siendo encontrados durante tres semanas camino al cementerio de la comuna. Al lado de la noticia del descuartizado, aparece otra nota que no se relaciona directamente pero sí por asociación: “Investigan posible tráfico de carne humana”. El último párrafo de la noticia señala “la policía piensa que la procedencia de esta carne es del descuartizado”. “Dueña de casa compró longanizas de carne humana”, aparecería poco después. En este sentido no hay sólo una intención de crear espanto, sino además lo que Durán llamó una “falacia patética”, al relacionarse el tema de la carne humana con la escasez de alimentos, especialmente de carne, que había en ese momento en el país (atribuida, por cierto, a la ‘ineficiencia’ del gobierno Allendista).

El tema de la carne humana asqueó a Chile por varias semanas, y los descuartizamientos se pusieron de moda. Encontraron descuartizado después a Palmita, el perro del Liceo 12 de niñas, y el ministro de Educación Aníbal Palma pasó a ser bautizado como ”Caníbal Palma”. Apareció una niña asesinada en un parque y El Mercurio publicó que el agresor alguna vez había pertenecido al partido socialista. “Comunistas colas les pegan a las lolas”, sería la lectura que haría de la noticia el diario derechista Tribuna en su primera página.

Ante las construcciones detectadas por Claudio Durán, si bien podríamos quedarnos en el estudio de la función, de los resultados, se sienta la duda sobre el tema de la intencionalidad, lo que nos lleva a un plano ético. ¿Tuvo El Mercurio un equipo capaz de elaborar premeditadamente una estrategia de yuxtaposición, y más aún, una campaña de agitación tan intrincada como la de la carnicería? Al menos en esa época específica, Durán afirmó tener claro por distintas fuentes que hubo dos agentes de la CIA trabajando en el diario y a los que podría atribuírseles la creación de la campaña. ¿Qué ha pasado después? Las dudas que siempre rondarán en torno a El Mercurio.

Texto: Paulette Dougnac

http://chiwulltun.blogspot.com/2008/08/el-mercurio-como-agitador-poltico.html

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