lunes, 23 de enero de 2012

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Visita al cementerio japonès de Casa Blanca (Cañete), octubre 2011


Cementerio de Casa Blanca


Ubicado en la provincia de Cañete, al sur de Lima, este cementerio japonés guarda los restos de los primeros inmigrantes que trabajaron en las haciendas de Santa Bárbara, La Quebrada y Casa Blanca. Caracterizado por una gran cruz en cuya base se hayan inscripciones sobre los primeros issei, en este camposanto se encuentran también las tumbas y nichos de la colectividad nikkei cañetana.
Cada año, la comunidad peruano japonesa visita este cementerio con motivo de las festividades de Ohigan y Obon.

Cementerio de Casa Blanca en Cañete

Haciendo la ruta hacia Ayacucho, decidì visitar Cañete.Abordè  Zbus en centro de Lima, precio del pasaje 10 nuevos soles. Desembarquè en Cerro Azul, preguntando por la ubicaciòn exacta del Cementerio de Casa Blanca, abordè una combi(microbus), pagando un nuevo sol por el servicio(pasaje o tarifa), me diò las indicaciones respectivas el chofer, dejàndome en plena panamericana sur.De aquì caminè por espacio de 10 minutos hasta dar con el frontis del Cementerio Japonès.
LA PRESENCIA DE LOS JAPONESES EN CERRO AZUL (CAÑETE).- De los 790 inmigrantes japoneses que arribaron al Callao en 1899, traídos por el entonces empresario Augusto B. Leguía, llegaron 226 “braceros” al puerto de Cerro Azul, que fueron destinados a las haciendas Casa Blanca, Santa Bárbara y La Quebrada, todas propiedad de la British Sugar Company Limited, empresa que perteneció a un consorcio inglés, en cuya gestión intervenía directamente Leguía, como administrador, por vínculo familiar, de la Testamentería Swayne. Cerro Azul fue el punto estratégico por su cercanía al muelle desembarque. Hasta allí llegaban las líneas férreas que tenían trayectos desde La Quebrada, Unanue, Montalbán y Casa Blanca, donde se efectuaban los cortes de caña, hasta el trapiche de Santa Bárbara.

En lo que hoy queda de la hacienda Santa Bárbara, observamos los restos del antiguo trapiche, la torre destruida que aún mantiene como reliquia del pasado su escudo de bronce, parecido a la flor del crisantemo, emblema de la corte imperial del Japón, pero con pétalos de puntas agudas y el número 14, que correspondió al símbolo de la British Sugar Company. “Casas de quincha y adobe revestidas de yeso, caña y madera en el techado, que sirven como columnas y sostén de apoyo; puertas altas, vestigio de un pasado colonial, todas alineadas, que servían de vivienda a los antiguos braceros japoneses. Cercano a ellas, canales de regadío” (Hacienda Santa Bárbara, desvío mano derecha Panamericana Sur km. 138).

En la hacienda Casa Blanca, ubicada actualmente en el poblado “Laura Caller” también se establecieron los inmigrantes japoneses. Aquí fundaron escuela de primera enseñanza (shogakko), un cementerio, baños a vapor (ofuro) y la secretaría de la Colonia Japonesa (a cargo de Masanobu Aoki Yamada). Las familias más importantes que se asentaron aquí fueron los Aoki y Maeda, quienes se dedicaron al comercio, administrando prósperos negocios de panadería, pastelería, fonda y tambo. El resto de los paisanos trabajaron en peluquerías, sastrerías, agricultura y pesca. En la tradición conservada por los padres, para solicitar la mano de las jóvenes casaderas, solo bastaba el consentimiento de los padres para concretar el matrimonio. Para la ocasión, obsequiaban omochi, yokan y pasteles surtidos en finas cajas. El ofuro o baño a vapor funcionaba a carbón. Aparte, colocaban una tina con agua donde se lavaban y enjabonaban antes de ingresar al baño, todo en estricto orden: primero los varones, luego las mujeres y, finalmente, los niños. En la escuela de primera enseñanza, por último, se inculcaban la honradez y el respeto a las personas. El cumpleaños del emperador era el día festivo. Había desfiles y comidas típicas como maki, sashimi, tofú, osushi y sake. En Casa Blanca aún se ven los balcones, las carretas, la mole de piedra y las casas de quincha y adobe.

El cementerio.- Gracias al reverendo K. Sato, los restos óseos de los primeros inmigrantes japoneses de Santa Bárbara, La Quebrada y Casa Blanca se conservan en el Cementerio de Casa Blanca, en los linderos de Cerro de Oro. Allí se encuentra la Gran Cruz, una especie de mausoleo que contiene, en su base central, inscripciones referentes a los primeros japoneses.

Templo Jionji de San Luis.- Se construyó en 1967 en memoria de los inmigrantes japoneses. Este templo guarda un cuadro en el que el consulado del Japón solicita a J.M Arizola, médico de sanidad de Cañete, que Kenryo Sato pueda reunir los restos óseos de los inmigrantes fallecidos de las haciendas Santa Bárbara, Casa Blanca y La Quebrada. A Sato lo sucedió en el cargo Shodo Nakao y luego el religioso Jisaku Shinkai, un carpintero residente en Lima. Shinkai se ocupó de registrar los datos de los miembros de la colonia. En estas circunstancias, estalló la Segunda Guerra Mundial lo que alteró la vida de los japoneses como todos sabemos. Shinkai, por su parte, llegó a construir un Templo y realizó algunas inscripciones, pero falleció. Así, la sociedad japonesa de Cañete se ocupó del cuidado del templo y, en 1960, se pidió al profesor Ryoco Kiyohiro, residente en el Callao, que se hiciera cargo del Templo.

Templo Jionji de San Vicente.- Inaugurado en 1977, aquí se encuentran depositadas las cenizas (ikotsu) y las tablillas (ihai) de aproximadamente 2 mil inmigrantes y sus descendientes. En este templo se celebran, además, las dos fechas más importantes del año: el Ohigan (marzo) y Obon (agosto), a las que también asisten sacerdotes budistas de Japón, Brasil, Argentina y México.

La Asociación Peruano Japonesa de Cañete (Cañete Nikkei Kyokai).- Fue fundada en 1956 por Pedro Tachibana y Araki Suchachi, a los que se unieron los señores Shiguemoto, Fujii, JoséTakahashi, Eiji Matsuoka, Oniki, Masami Shimazu, Alejandro Kina, Alberto Fulleda, Julio Kawano, Roberto Fujii, etc. No conocemos todos los nombres de los fundadores, pues los documentos de la Asociación se perdieron durante el terremoto de 1970. La institución desarrolla actividades culturales, deportivas y sociales, así como preservar el Templo Jionji y el Cementerio de Casa Blanca. Entre sus obras, citamos: inauguración del mausoleo de los primeros migrantes del Valle de Cañete (1962); construcción del templo Jionji en San Luis (1967), inauguración del local social (1968); inauguración del nuevo Templo Jionji en San Vicente (1977) .
http://blog.pucp.edu.pe/item/150481/notas-sobre-la-historia-de-canete



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