Conflicto minero hasta en un baño turco
A finales de mayo comenzará la batalla final de la crisis desatada por el proyecto Conga en Cajamarca. En el resto del país hay otras confrontaciones sociales al acecho. Mineras como Xstrata, que no tienen los antecedentes negativos de Yanacocha, afrontarán huelgas con la consigna de todo o nada. ¿El escenario que se viene es más o menos beligerante para el gobierno de Ollanta Humala?
Por Ricardo Uceda / Infos
En parte de la izquierda, por ejemplo, se cree que ha llegado el momento de estar con las masas, tengan o no razón en sus protestas, a fin de correr la ola. En el sector empresarial, la crítica al premier por parte de un analista de sus preferencias lo convierte en persona no grata. En Cajamarca, surge desde el centro político un grupo de la sociedad civil dispuesto a enfrentarse al gobierno regional y a las masas antimineras...
SMIK SPA, LIMA, SÁBADO SANTO
El Sábado Santo, el economista Miguel Santillana necesitaba relajarse. Es un conocido analista político de conflictos mineros, un crítico pertinaz de quienes se oponen o sabotean la inversión en este sector. Willax lo había despedido de un programa que conducía por haber dicho, sin cruzar debidamente la información según la televisora, que el primer ministro Oscar Valdés era pequeño minero, una condición incompatible con su cargo. ¿Era pequeño minero? Santillana había encontrado en la base de datos de pequeños mineros del Ministerio de Energía y Minas que Valdés era titular de la concesión Oscarín, y pidió públicamente una explicación. Primero en Willax y después en RPP, entrevistado por José María Salcedo. En una rápida reacción, el primer ministro dijo a Willax y a quien quisiera escucharlo que todas sus actividades empresariales estaban suspendidas. Que el registro era la constancia de una titularidad que no estaba siendo ejercida.
Valdés estaba muy preocupado porque a la semana siguiente se darían a conocer los resultados del peritaje del proyecto Conga, y no era momento para que sus críticos dijeran que además de tener estilo militar y ser prominero, fuera efectivamente minero. Por añadidura, Luis Zavaleta, el director de hidrocarburos del MEM, acababa de renunciar porque resultó ser uno de los mayores exportadores de oro del país a través de la empresa Universal Metal Trading (UMT). La noticia la publicó El Comercio y Santillana tuvo mucho que ver con el descubrimiento. Aquel Sábado Santo, el primer ministro también necesitaba, como Santillana, relajarse. Y se fue con tal motivo a los baños turcos Smik Spa, en la cuadra ocho de la avenida Aramburú.
Y hete aquí que Santillana se encuentra frente a frente con Valdés, con solo una toalla sobre las piernas, en una pequeña cámara de vapor del Smik Spa. Nadie más los rodeaba. Este acontecimiento es narrado aquí únicamente para poner en relieve la importancia del diálogo en un conflicto minero. Podríamos llamarlo así: ahora esta polarización ya no conoce límites departamentales ni sociales. El premier le explicó largamente a Santillana que la mina había sido de su suegro, que a su muerte la había heredado, y que por supuesto no la trabajaba. Había sido debidamente registrada en su declaración jurada. Y Santillana le explicó que él solo había pedido explicaciones, no lo había acusado de deshonesto. Y después ambos siguieron relajándose.
También la anécdota es una señal de la intolerancia del momento en la situación polarizada. En ese momento Santillana no sabía que cinco mineras a las que asesoraba le habían cortado los servicios. Le costó un mes restablecer relaciones contractuales, explicando en cada caso que ya no estaba peleado con el premier Valdés, que habían aclarado todo tête à tête. Tampoco sabía el contenido exacto de la declaración jurada. Como se sabe, una declaración jurada en el Diario Oficial El Peruano no dice mayor cosa, así que hizo una petición informativa a la Contraloría de acuerdo con la ley de transparencia. Y la obtuvo. Era cierto lo que sospechaba: Valdés no había declarado la concesión cuando se hizo ministro.
—¿Por qué intolerancia? —dijo un observador político para esta nota—. Como está la situación ninguna minera querrá tener tratos con alguien que le ha lanzado un petardo al gobierno.
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