Carta del periodista Gustavo Gorriti al presidente Ollanta Humala(Junio 7,2012)
http://www.losandes.com.pe/Politica/20120607/63391.html
Don Ollanta Humala,
Presidente de la República
Señor presidente:
Presidente de la República
Señor presidente:
UNA semana antes de que usted asumiera el poder, hace casi un año, le escribí una carta como esta, con reflexiones sobre su entonces reciente triunfo, sobre la promesa que abría y el deber que exigía una victoria tan brillante cuanto inesperada.
Repasé la carta a la luz de lo que viene sucediendo en estos meses y, sobre todo, en estos días; y pensé que quizá no esté fuera de lugar escribirle para reflexionar sobre sus inesperados golpes de timón, señor presidente, y sobre la extraña deriva de su gobierno.
Recuerdo que en los días más pugnaces de la segunda vuelta, en una entrevista con Rosa María Palacios, Álvaro Vargas Llosa –que había venido a Lima a reforzar su campaña, y se ganó en consecuencia el aullante vituperio de esa derecha deshonesta e histérica–, le apostó a una medio incrédula Rosa María (y lo digo de memoria), que esa misma gente iba a estar haciendo cola para el besamanos del 28 de julio.
Álvaro no solo acertó sino se quedó corto. Lo de besamanos fue un pálido eufemismo. Digamos que si hubiéramos corrido una cortina sobre Palacio por algunos meses y la descorriéramos ahora, ¿qué encontraríamos? A los que estuvieron en el mitin de Keiko, a su lado, señor presidente; y a gran parte de quienes estuvieron en el mitin de la Plaza 2 de mayo, en el lado opuesto.
¿Es esa la naturaleza de la política y de la vida? No necesariamente. Es verdad que la política y el arte de gobierno es saber manejar realidades sociales complejas de manera eficiente. Usted no tenía experiencia de gobierno; pero era y es pragmático, había aprendido en sus años como militar a desenvolverse de la mejor manera posible en la realidad que le entregaban.
Claro que usted tuvo un equipo interesante de colaboradores, dirigidos por Siomi Lerner, durante los primeros meses de su gestión. Pero hubo evidentes diferencias de aproximación y estilo a la tarea de gobierno. Siomi y la gente cercana a él partían, en los hechos, de la premisa de que el camino al orden es el diálogo.
Usted, por lo contrario, obviamente piensa que el orden es el camino al diálogo; y aborrece la indisciplina, la falta de líneas claras de mando y obediencia.
Esa diferencia fundamental deshizo en pocos meses de gobierno la relación de años de camaradería de campaña con todo un grupo de gente muy cercana (empezando por el propio Siomi), que fueron paulatinamente reemplazados por tecnócratas y políticos que se sienten de lo más satisfechos con ese tipo de administración predicada en la búsqueda de orden y la disciplina.
Y así, como quien no quiere la cosa, la misma gente que lo denostó y demonizó hasta hace 10 meses, ahora funge de intérprete de su pensamiento y reclama con fingida indignación que se reprima y encarcele, como ‘agitadores’ y hasta ‘golpistas’, a aquellos cuyas opiniones y acciones usted apoyó hasta el momento mismo de jurar la presidencia.
SUS actuales portavoces oficiosos (porque los oficiales son algo más púdicos),propalan que esos ollantistas de ayer reprimidos por el Ollanta de hoy, han olvidado que todo lo que el programa de la ‘Gran Transformación’ logró fue el 31% de los votos, y que la victoria fue obtenida gracias a la ‘Hoja de Ruta’, sobre cuya ambigua cartografía hablan ahora como si tuvieran los derechos de autor.
Ahí no solo están los que apoyaron histéricamente al fujimorismo el 2011 sino los que lo hicieron en los 90 y el dos mil. No todos, pero sí muchos. Tan conocidos que no parece necesario ordenarlos en una base de datos, ¿verdad?
Nadie dijo que gobernar fuera fácil, señor presidente. De hecho es duro y puede hacerse trágico.
Usted, por ejemplo, se ha forzado a pagar, un precio muy alto en lo personal. Está enfrentado políticamente con su padre y su madre; y ha encerrado en la Base Naval a su hermano Antauro. No tengo la menor duda de que todo ello debe haber sido doloroso; y que usted no solo trató de afirmar su autoridad, sino mostrar la determinación de ejecutar las medidas más duras si lo estima necesario.
Y si sigue así, las medidas tendrán que hacerse crecientemente duras. Las geishasde ayer lo azuzarán, señor presidente, con parecidos argumentos a los que utilizaron contra la oposición democrática el año dos mil: acusándola de ser subversiva y golpista.
Pero el endurecimiento represivo, sobre todo si junto con lo brutal es bruto y venal, no va a solucionar nada. En corto o mediano plazo, empeorará las cosas.
El orden es necesario, y hace usted bien en subrayar su importancia. Pero el orden del Estado debe ser justo, preciso, proporcional y, sobre todo, imparcial.
¿Qué tiene de justo o siquiera legal, señor presidente, que en el caso de Espinar, por ejemplo, la Policía mantenga a los detenidos dentro de las instalaciones de la compañía minera, que la comisaría funcione también dentro de ella? ¿Que aparezcan ‘bombas molotov’ cada vez que se quiere detener a alguien o impedir, por ejemplo, el vuelo de don Isaac a Cajamarca?
Es que ese tipo de prestidigitación, que no produce conejos sino molotovs, solo es posible cuando se tiene como jefe de la Policía y como jefe de operaciones policiales, a dos oficiales cuyo mayor mérito es su coartada ridícula en el caso de las Brujas de Cachiche.
Usted no ha cumplido todavía un año de gobierno, señor presidente, y creo que está a tiempo de corregir errores y distorsiones. Ha hecho muchas cosas bien; y si rectifica el rumbo en pocos pero cruciales aspectos, puede terminar logrando un buen gobierno.
¿Qué hacer? Empezar por comprender que usted no ganó la segunda vuelta porque la ‘Hoja de Ruta’ hubiera tranquilizado o sedado a la Confiep, a los fujimoristas, a los pepekás y a esa gente.
Usted ganó gracias al Juramento por la Democracia. Eso galvanizó a quienes luchamos contra Montesinos y Fujimori, lo convirtió a usted en el líder de las fuerzas democráticas contra el retorno de la dictadura y le dio, junto con la presidencia, la misión de perfeccionar y profundizar la Democracia.
ESE es su mandato fundamental, señor presidente. Actúe en consecuencia, que no es todavía tarde.
Tome, o retome ese papel, y la gobernabilidad democrática funcionará mucho mejor que el frágil orden que puede lograr una Policía parcializada, con jueces y fiscales que violan el debido proceso.
No encarcele a la gente por hacer lo que usted como candidato les pidió que hagan. Explíqueles, razone con ellos y actúe, cuando haya que hacerlo, con imparcialidad y con verdad.
Pese a que su hermano Antauro defiende una repudiable ideología racista, creo que usted sabe que es un abuso tenerlo preso en la Base Naval. Lo peor es que es una admisión de miedo e impotencia, no de autoridad. ¿Admite el Estado peruano ser impotente como para controlar una prisión civil de alta o mediana seguridad? Corrija el abuso y exija una mínima competencia al INPE.
No persiga a la protesta que no sea violenta. Aunque sea una necedad pedir ahora la vacancia presidencial, eso no es un delito. Si lo fuera, ¿cuánta gente que pidió la vacancia de Toledo en su momento (y podemos hacer memoria) no debería estar presa?
Luche contra la corrupción. De a verdad, con fuerza. Pocas cosas confieren mayor legitimidad que eso. Pocas son más necesarias.
Usted fue elegido para ser el abanderado de la democracia y no de la plutocracia,señor presidente. Está a tiempo de ajustar el rumbo. Ojalá lo haga. Su éxito será el de nosotros todos.
GUSTAVO GORRITI
En resumen no se ven cambios en beneficio de las mayorìas. Continùa la inseguridad ciudadana, la corrupciòn en los entes del estado peruano, la clase polìtica devaluada, depreciada y despreciada. La policìa nacional inmersa en una corrupciòn de larga data, el poder judicial de igual forma. No quedan màs alternativas que los reclamos justos; reaccionarios y extremistas calificados asì por el gobierno ultraliberal que ha consolidado Ollanta Humala.Un presidente que no està al lado de su poblaciòn. Que se vale de emisarios y llevitraes que no tienen poder de decisiòn, con un tipo detràs de las cortinas que es el tal Villafuerte a quien le confìa estas tareas y que lo ùnico que logra es enervar màs a los peruanos.Mientras tanto el narcoterrorismo sigue en su avance por falta de un eficiente sistema de inteligencia y la no presencia del estado en las zonas conflictivas.
Alguna vez comentò el presidente Ollanta Humala que debe cumplir tambièn las funciones de padre de familia y estar cerca de su familia. Pero, siendo presidente de un paìs, su familia la compone ademàs todo el mapa territorial, por lo que debe estar al lado de todos, donde estàn los problemas, donde la administraciòn es deficiente, donde se dice que tal o cual gobierno regional o municipal tiene mucho dinero y no tiene capacidad de gestiòn para el uso de los recursos, y la razòn es que los proyectos por equis motivos rebotan cuando llegan para lograr su aprobaciòn a travès del SNIP por la burocracia,todo ello producto de la centralizaciòn.
Porquè ese cambio radical operado por el presidente Humala, de cuando fue candidato y lo que hoy es ?
El presidente Fujimori si que tenìa presencia en las zonas conflictivas durante el combate a sendero luminoso.Iba donde estaba la tropa, dormìa en sus campamentos y trincheras, estaba donde "las papas quemaban", y se logrò importantes resultados en este campo. No les gustò a los "comechados polìticos" el cierre del congreso improductivo tal cual fue desde siempre. No podemos dejar de mencionar que en antaño muchos miembros del parlamento, sean diputados o senadores, ni conocìan su correspondiente zona de representatividad, ùnicamente adoptaban la provincia de su agrado y se autotitulaban padres de la patria por tal o cual provincia. Una realidad que podemos confirmar revisando un poco la historia polìtica nacional.
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