Manuel Gonzàles Prada
Video Manuel Gonzàles Prada por Luis Alberto Sànchez
El hombre y el revolucionario frente a la muerte
Las
circunstancias de la vida de Manuel González Prada 1 le movieron a
escribir
sobre la cuestión de la muerte cuando también se comprometía en el debate político-literario
nacional. Esta coincidencia parece haber determinado una doble orientación
en su pensamiento: la íntima y la pública, dramática la primera y alentadora
la segunda. Ambas se encuentran mezcladas y ofrecen una imagen algo turbia de
la muerte en su obra, dificultando la percepción de su coherencia.
El
“sentimiento trágico de la vida” encuentra su primera expresión ensayística
en un breve
discurso pronunciado en 1888 en el entierro de Luis Márquez, un amigo del
autor. Inmediatamente, el texto tiende a apartarse de la tradición romántica,
quedramatiza la muerte del ser querido expresando el dolor con emotividad
exacerbada.
Gonzàles
Prada muestra una voluntad de no compadecerse y asume una actitud
egocéntrica
al considerar que la muerte ajena remite a la ineludible muerte propia.
Incluso la
presenta como una liberación:
“No vengo a derramar públicas lágrimas por el hombre
libertado ya del horror de pensar y del oprobio de vivir [...], doy el último adiós al poeta,
nada más. [...] Al acompañar hasta la última morada los restos de un hombre idolatrado, pensamos
enterrar a otro, y nos enterramos
a nosotros mismos.”2
Según él, la
vida no es sino un largo sufrimiento al que nos agarramos
desesperadamente
antes de sucumbir 3. La razón no permite apaciguar las
angustias,
quedándose las preguntas en medio de las dudas. En un mundo
incomprensible,
sin un Dios que recompense al bueno y castigue al malo, el hombre
tiene que
aceptar el orden natural y aprender a resignarse:
“Pasaron siglos de siglos, pasarán nuevos siglos de siglos, y
los hombres quedaremos
siempre mudos y aterrados ante el secreto inviolable de la
cuna y del sepulcro.
¡Filosofías! ¡Religiones! ¡Sondas arrojadas a profundizar lo
insondable! ¡Torres de Babel
levantadas para ascender a lo inaccesible!
Al hombre, a este puñado de polvo que la casualidad reúne y la casualidad dispersa, no le quedan más
que dos verdades: la pesadilla
amarga de la existencia y el hecho brutal de la muerte.”
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1 En menos
de tres años, entre 1887 y 1890, fallecieron la madre y la hermana del
escritor, así como
sus dos
primeros hijos legítimos. V. Luis Alberto Sánchez, Nuestras vidas son los
ríos... (historia y leyenda de los González Prada), Lima, Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, 1977, 405 p.
2 “Discurso en el entierro de Luis
Márquez”, Páginas libres en Manuel González Prada, Páginas libres, Horas
de lucha, pról. y notas de Luis Alberto Sánchez, [Caracas], Biblioteca
Ayacucho, 1976, p. 34.
3 En el poemario Minúsculas, hay un
triolet que dice “Aborrecemos esta vida,/ Mas no quisiéramos morir.”, en M.
González Prada, Obras, tomo III, vol. 5, pról. y notas de Luis Alberto Sánchez,
Lima, Ed. COPÉ-PETROPERÚ, 1988, p. 211.
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