martes, 23 de julio de 2024

EL SUPLICIO DE DIEGO CRISTÓBAL THUPA AMARU

Centro de Estudios Histórico Militares del Perú

Estudios de Historia Andina


DIEGO CRISTOBAL THUPA AMARU PRIMO HERMANO 
DE JOSE GABRIEL THUPA AMARU


CARAVANA DE LA MUERTE 

Luego de la muerte de Diego Cristóbal, las autoridades virreinales decidieron la deportación masiva de todos los parientes por consanguinidad o afinidad de la familia Thupa Amaru, para que sea “borrado de la memoria de los naturales del Perú”.

 

El 19 de julio de 1783 tuvo lugar la inmolación de Diego Cristóbal Thupa

Amaro en la plaza del Regocijo de la ciudad del Cusco, donde después de

ser atenaciado vivo con tenazas grandes y candentes fue ahorcado y su cuerpo

descuartizado, con los de su madre Marcela Castro y los patriotas Simón y

Lorenzo Condori, para ser distribuidos macabramente en los pueblos que admiraron

el valor de los Thupa Amaro en defensa de la libertad del Perú. De esa

manera, con sevicia legal, legal las autoridades españolas G. deAvilés y B. de la

Mata Linares. Pretendiendo inútilmente destruir el cuerpo y la gloria de Diego

Cristóbal, le abrieron las puertas de la inmortalidad y le dieron un lugar de honor

en el cenotafio de los héroes del Perú.

 

Diego Cristóbal, hijo de Marcos Thupa Amaro en Marcela Castro, con sus

escasos veinte seis años de edad, desde los primeros momentos del alzamiento

nacionalista por la independencia del Perú, tuvo ejemplar y brillante actuación

en los frentes de batalla contra los españoles, por cuyo prestigio de hombre

valiente y generoso, después de la cruel ejecución de José Gabriel Thupa

Amaro, su primo hermano, le sucedió en la dirección de la guerra, en la que dio

prueba de político e ideólogo, más aún de su habilidad militar como estratega,

que en sucesivas acciones de desgaste destruyó el poderoso al ejército virreinal

del mariscal José del Valle, hasta hacerlo huir de la planicie de Puno, quedando

Diego Cristóbal por soberano de esta parte libertada del Perú, donde empezó a

poner en práctica los principios de la ideología waqchakuyaq de los incas para

construir un Estado Imperial, sin explotados ni explotadores, sin hambre,

donde rigiera la justicia social del más prístino modelo andino para reconstruir

el Perú paupérrimo por el modelo europeo, donde “cuatro picaros hacían sus

caudales con la sangre de los pobres”.

Según los documentos españoles, Diego Cristóbal Thupa Amaro, era de tez

blanca, “flaquillo, narigón, boconcillo, muy serio, ojos chicos, de pocas palabras, de

mucha capacidad, que en poco contesta lo mucho que le dicen; habla castellano…

escribe gallardamente y dicta con desembarazo”.

 

En las negociaciones que se hicieron en el pueblo de Lampa, Diego Cristóbal 

mostró arrogancia obligando a los españoles a batir sus banderas frente a las suyas. Por otros 

testimonios se sabe que el joven guerrero, así como fue inflexible con los españoles que

 habían perpetrado hechos feroces, fue magnánimo y generoso, porque con  sentimiento 

humanista y de justicia perdonó la vida de muchos de los enemigos.


En 1782, año critico para ambos contendientes, los españoles solicitaron la

paz, con el subterfugio del “Bando del Perdón” y Diego Cristóbal aceptó la propuesta,

porque también requería de tiempo para rehacer su diezmado ejército y

cultivar los campos para su nueva campaña, contrariando la opinión de varios

de sus capitanes, que veían en esta oferta de paz un ardid para traicionarlo y le

reclamaban continuar la guerra. Fue así como estas negociaciones se concretaron

en un armisticio el 27 de enero de 1782 en el pueblo de Sicuani.

 

Inmediatamente después, Diego Cristóbal como justo homenaje, se propuso

honrara la memoria de su primo hermano José Gabriel Thupa amaro y con este

propósito consiguió reunir los “huesos o cuartos de la cabeza, brazos y piernas”del

héroe y en la iglesia de San Francisco del Cusco, le mando celebrar las “honras

más suntuosas”de su tiempo,ante la inapelable indignación de los funcionarios

españoles.

 

El historiador hispano, Eulogio Zudaire, al tratar del gobierno del virrey

Jáuregui, con erudición y seguridad histórica, describe la tramoya política que

cuidadosamente se urdió contra Diego Cristóbal, para achacarle algún hecho

que justificara su prendimiento y muerte. Así ocurrió, porque argumentando

que estaba comprometido con los sucesos de Marcapata, en la redada de marzo

de 1783, lo prendieron en el pueblo de Sicuani con sus familiares y muchos de

sus capitanes, iniciándosele un proceso más político que legal para condenarlo

a muerte.

 

Según la sentencia expedida porAviles y de la Mata Linares, Diego Cristóbal

fue condenado a morir ahorcado después de ser atenazado vivo. El escribano

que ejecuto la sentencia dice: “Acercaron a dicho Diego Cristóbal a aquella hoguera,

y tomando en las manos las tenazas, bien calentadas, descubriéndole los pechos (y)

acometieron a la operación del tenaceo, e inmediatamente lo subieron a la horca”.

 

Marcela Castro, su madre, también murió trágicamente. Le cortaron la lengua.

estando viva y la ahorcaron. Igual muerte tuvieron los patriotas Simón y

Lorenzo

.

El mismo escribano refiere que a las 4 de la tarde de aquel trágico día descuartizaron

los infortunados cuerpos. La cabeza de Diego Cristóbal fue llevada

al pueblo de Tungasuca, un brazo a Lauramarca y el otro al pueblo de Carabaya,

una pierna a Paucartambo y la otra al de Calca y el resto de un cuerpo fue puesto

en una picota para macabro escarmiento de los patriotas, en el “camino de la

Caja de Agua de la ciudad del Cusco”.

 

La cabeza de madre fue colocada a su vez en

una picota del camino a San Sebastián, un brazo fue enviado a Sicuani, otro al

puente de Urcos, una pierna a Pampamarca y la otra a Ocongate y el resto de su

cuerpo “quemado en una hoguera en la plaza” del Cusco y“arrojadas sus cenizas al

aire”.

.

Este fue, pues, el alto precio que el Perú tuvo que pagar por su Libertad. De

esta sevicia legal, salvó la vida Manuela Tito Condori, esposa del héroe, pero

para su mayor sufrimiento, fue desterrada perpetuamente del Cusco y dos años

después, victima de la nostalgia y de la tortura moral de los enemigos, murió en

el hospital de Bellavista del Callao, uno de los días de marzo de 1785. Carecemos

de noticias sobre el destino que les cupo a los hijos tiernos de Diego Cristóbal

Thupa Amaro.

Si bien con esas crueles represalias, terminaron las aspiraciones incas para

constituir un Imperio Moderno, sus ideales libertarios sobrevinieron como una

flamante antorcha, que habría den calcinar el poder colonial de de España.


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