sábado, 8 de diciembre de 2012

MRTA y chilenos


¿Quiénes Son
   Los Chilenos Del MRTA?


Concepción Pincheira Sáez: se batió ferozmente al momento de su captura.

Natural disgusto suscitó la versión oficial sobre el pedido de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de un juicio distinto -no para que se libere- a los terroristas 
chilenos del MRTA, los cuales al final, con el proceso debido y de acuerdo con la ley, de todas maneras recibirían sin duda cadena perpetua. Pero el alboroto causado por la desinformación dejó en la penumbra la naturaleza de los crímenes y la trayectoria de los chilenos presos en el Perú. El siguiente informe pinta de cuerpo entero a los cuatro personajes y su largo recorrido por los caminos de la lucha armada en Chile, Nicaragua, El Salvador y el Perú.

Escribe DAVID MONTOYA

EL abogado Jorge Espinoza Cárdenas presentó el martes 8 una acción de Hábeas Corpus en favor de los chilenos Jaime Castillo Petruzzi, Lautaro Mellado, María Pincheira y Alejandro Astorga, sobre la base de la sentencia de la Corte Interamericana de Costa Rica que pide un nuevo juicio para estos terroristas. 
Mucho revuelo ha causado esta resolución internacional, pero muy poco se conoce de la agitada vida "revolucionaria" de los chilenos del MRTA.
En 1957, se forma el primer Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) en Venezuela, producto de la influencia de la guerrilla castrista en Cuba que entonces luchaba contra la dictadura de Batista. Al año siguiente, Luis de la Puente Uceda rompe con el Partido Aprista y forma el Apra Rebelde. Aventura a la que se acopla el joven Javier Valle Riestra, quien, antes de que empiece la acción guerrillera, se retira de la aventura. En 1961, De la Puente forma el MIR en el Perú y en 1963 decide iniciar la lucha armada y se interna en la selva, pero es rápidamente sofocada por las fuerzas del orden en 1965.
En Chile el MIR es formado por Miguel Enríquez en 1960, tras el triunfo de la revolución cubana, bajo la concepción de una organización militar. Desde esa fecha, el MIR chileno se prepara para la lucha armada y entrena a sus cuadros en su país y en Cuba.
"Cárcel del pueblo" en que mantenían secuestradas a sus víctimas. El recaudador era Jaime Castillo Petruzzi (a la derecha). Uno de los primeros secuestrados fue el empresario Julio Vera quien permaneció en cautiverio ocho meses en 1986.
Luego del triunfo de Salvador Allende, el MIR ocupa un papel activo en el nuevo gobierno socialista de Chile. A pesar de que discrepaban -por su radicalidad- en muchos puntos con Allende, la guardia personal y de seguridad del presidente estaba constituida por militantes del MIR. En ese tiempo Jaime Castillo Petruzzi fue enviado a entrenarse en Cuba, y en algún momento llegó a custodiar el Palacio de La Moneda.
Apenas producido el golpe pinochetista, el joven Jaime Castillo Petruzzi enrumba a París a capacitarse. Elige la Universidad de la Sorbona. Allí, en la Facultad de Historia, se conoce con otro estudiante: Víctor Polay Campos, con quien entabla una gran amistad.
Polay, llegado a esa Universidad en 1970, estableció en esa época estrecha amistad con Alan García. Regresó al Perú en 1976. Con conocida militancia aprista, abandona esas posiciones para militar en el MIR El Militante, una de las muchas escisiones que tuvo el MIR primigenio de De la Puente.
La organización de Polay entabla relaciones internacionales con su pares de América Latina, especialmente en Cuba y Centroamérica, y apoya a los militantes chilenos que huían de la dictadura de Pinochet y los pone a buen recaudo en el Perú. Lautaro Mellado y Alejandro Astorga, según fuentes policiales, utilizaron esta modalidad. Basan su afirmación en el movimiento migratorio que figura en sus pasaportes.
En 1978, Polay y el MIR El Militante se divide y surge de él una facción que luego se convertiría en el Partido Comunista Revolucionario (PCR) que durante muchos años dirigiera Manuel Dammert. Luego el MIR El Militante "depurado", con Polay como su dirigente, sumado a la escisión denominada Partido Socialista Revolucionario- Marxista Leninista, que dirigía Luis Varese, forma el MRTA. El resto es historia conocida.

"El MRTA llegó a contar con más armas que las que tuvimos en la guerra del Pacífico".
El MRTA aparece oficialmente en 1982 con algunos atentados menores, como detonación de explosivos a agencias bancarias. No se comparaba entonces al sangriento protagonismo senderista.
Lo nuevo es que Luis "Gigi" Varese tuvo que huir prácticamente del MRTA, porque Víctor Polay quería afianzar, mediante las armas, el liderazgo del movimiento terrorista. Algunos militantes de izquierda recuerdan que cuando Varese fue a Nicaragua a apoyar la revolución triunfante de los sandinistas, tuvo que llegar al aeropuerto Jorge Chávez con custodia personal.
De París, Jaime Castillo Petruzzi enrumba a El Salvador y se incorpora al Frente Farabundo Martí. Obtiene la dirección de una emisora popular que apoyaba a los revolucionarios salvadoreños. Allí se conoce con María Pincheira Sáez.
Luego de dos años, Castillo Petruzzi y la Pincheira deciden ir a Nicaragua a apoyar la revolución sandinista ante los problemas que tenían con los "Contras". Por supuesto, ambos habían reforzado su conocimiento y entrenamiento militar en El Salvador y Nicaragua con frecuentes viajes a Cuba.
En la competencia de terror del MRTA con Sendero, este último le saca varios cuerpos de ventaja, ya que va consolidando su organización a nivel nacional y desde 1986 por lo menos anuncia el cerco final de la ciudad (Lima), y por consiguiente, la toma del poder.

Luis Varese discrepó con Polay. Centro: el chileno Astorga. La foto de al lado corresponde a Polay en la selva.
Este hecho desespera a Polay y manda llamar a Jaime Castillo Petruzzi de Nicaragua para que se integre al MRTA. Este viene con la Pincheira y se ponen a diseñar la nueva línea militar emerretista. Por cierto, que el MRTA mantuvo los lazos que el MIR El Militante había establecido con Centroamérica y Cuba, por lo que regularmente enviaba a sus cuadros a entremiento militar.
Castillo Petruzzi, junto a María Pincheira, Lautaro Mellado y Alejandro Astorga, con el pleno respaldo de Víctor Polay, conciben los secuestros a prominentes empresarios y las "cárceles del pueblo" como una forma de obtener dinero para comprar armamento moderno y suficiente. El compañero "Rolando", como se le conocía también a Polay, y Castillo Petruzzi, convinieron en que Sendero Luminoso avanzaba por el apoyo financiero que obtenía del narcotráfico.
Y llegaron a juntar una cantidad tal de armamento que, según el coronel Juan Gonzales Sandoval, el emerretólogo de la Policía Nacional junto con el coronel Marco Miyashiro, señala que la incautación policial que se hace al MRTA supera todo el armamento de la Guerra del Pacífico.
La ferocidad de los chilenos del MRTA, y en particular la de Castillo Petruzzi, es conocida por todos los peruanos. Allí está el cruel asesinato del empresario minero David Ballón Vera, que fue rematado personalmente por este terrorista. Algunos arrepentidos del MRTA conocen también que fue Castillo Petruzzi quien asesinó a un miembro del comando que secuestró al empresario vidriero Miyasato, porque se compadeció de los reclamos de su víctima. El coronel Gonzales Sandoval recuerda la ferocidad que también mostró la chilena Pincheira cuando fueron detenidos en la calle Vesalio de San Borja: disparaba con armas de largo alcance a diestra y siniestra.
Es muy probable que tales personajes, en el supuesto de un nuevo juicio como pide la Corte Interamericana, volverían conforme a ley, a recibir la pena de cadena perpétua.


http://www.caretas.com.pe/1999/1571/mrta/mrta.htm


Jaime Castillo, que ya lleva 16 años encarcelado, fue trasladado intempestivamente del penal de Castro Castro en Lima a la cárcel de Alta Seguridad de Piedras Gordas a más de 50 kilómetros de Lima. Esto sucede tras un aumento de la represión a los presos políticos y tras una ley que les quita los beneficios a quienes están acusados de terrorismo, ley que el gobierno peruano pretende que tenga efecto retroactivo, retrasando la libertad de Jaime Castillo en siete años más.
A continuación una nota enviada por su compañera Maite Palacios y un resumen de la situación de Jaime Castillo:
EN OCTUBRE NO HAY MILAGROS*
Cuelgo el teléfono -que todas las noches ritualmente descuelgo para evitar que un chirrido imprevisto despierte a Paula– y me timbra en la mano, una voz amiga me pregunta si he sabido algo de Jaime, respondo que nada desde la noche anterior. Se hace silencio y ya sé lo que viene…
La fuerza con la que el viento hace volar la arena torna la imagen lejana de la cárcel un espejismo gris y movedizo, mimetizado entre dunas, cerros y cielo triste, el penal de Piedras Gordas, muy cerca a las playas marinas al norte de Lima, se presenta como una enorme construcción al revés, se erige hacia abajo, ¿tendrá fondo? me pregunto.
Es extraño, porque la mujer que revisa mis ropas se encarga, además, de hacerme recordar que yo conozco las reglas del juego, desde hace ya varios años en el otro penal de Lima, pero por si acaso me recita la lista de cosas que puedo y que no puedo llevar puestas, y entonces ¿de dónde esa sensación de pisar una cárcel por primera vez? y claro, se trata de un establecimiento con alta tecnología para el Perú, casi privado de presencia humana, un penal “modelo”.
Se abre la puerta metálica y trato de seguir las instrucciones sobre donde dirigirme para llegar al locutorio, me sentiría muy sola si no fuera porque el hombre del ingreso tuvo a bien informarme que 187 cámaras vigilan el recinto y sus arenales. El pasadizo subterráneo es largo y oscuro, me imagino a Paula corriendo por ahí, gritando las vocales para que su voz se repita varias veces con el eco. Empiezo a sentir frío, giro a la derecha, creo que después a la izquierda, luego bajo, después subo, y no se cómo llego al cuarto helado donde hay un gran vidrio, dos sillas mirándose interpuestas y dos teléfonos colgados. Como Jaime no ha llegado aún ensayo algunas caras, me río, abro los ojos, frunzo el seño, me arreglo el pelo desordenado, lo espero…
El tiempo pasa volando entre sonrisas, bromas, situaciones que ir resolviendo, lo del traslado a Chile se hace urgente, no me sorprende su optimismo, su mirada fiera, su belleza grande, su ternura. Rompe el encanto de nuestro solitario encuentro un fuerte calambre a su pierna derecha, lo siento descomponerse, está demacrado en realidad, lo observo sin poder ayudarlo, camina, estira la pierna, sin el teléfono no siento lo que me dice, el calambre no pasa: ha cumplido 53 hace tres días, y justo hoy, 14 de octubre, 16 años de prisión, ¿es que el cuerpo empieza a abandonarte, Jaime? ¿es que ese desdoblamiento del cuerpo del preso del que nos habla Foucault se hace ver?.
Se acabó el tiempo, sale de la sala sin cojear, trata de regalarme la última sonrisa, pero la rigidez de la cara no lo ayuda, regreso sobre mis pasos siempre por el pasillo larguísimo, al final del corredor me espera un hombrecillo en uniforme que me pregunta con macabra curiosidad – ¿qué le pareció el penal?- superado el desconcierto de su pregunta atino a decir, por qué no cambia de trabajo.
Otra vez en la arena me doy vuelta por última vez y me digo, algo de bello tendrá que tener, a lo lejos diviso el único toque de color en el paisaje, una bandera peruana flameando en soledad.
Maite Palacios
*Título de la novela del escritor vanguardista peruano Oswaldo Reynoso.
14 de octubre 2009

DATOS Y CRONOLOGÍA:
Jaime Francisco Sebastián Castillo Petruzzi
1956, 11 de octubre, nace en Linares, Chile.
1970, gobierno de la Unidad Popular. Se integra a las filas del Frente Estudiantil Revolucionario y posteriormente al Movimiento de Izquierda Revolucionario, MIR de Chile.
1973, dictadura militar de Pinochet.
1974, julio, parte exiliado a Francia. Participa activamente en la lucha contra la dictadura de Pinochet.
1988, diciembre, regresa a Chile tras ser borrado de la última lista de retornos prohibidos por la dictadura militar.
1992, inicia a colaborar, como voluntario internacionalista, en la lucha contra la dictadura de Fujimori y Montesinos.
1993, 14 de octubre, es detenido en Lima.
1994, enero, juzgado sumariamente en tres horas por tribunal militar sin rostro, sin derecho a defensa, su abogado no pudo hacer uso de la palabra, es condenado a cadena perpetua por “traición a la patria” y pertenecer el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, MRTA.
1994, mayo, es trasladado a Yanamayo Puno (4.000 msnm.) donde permanece ochos años bajo régimen cerrado especial. Por el difícil acceso y la lejanía del lugar, las condiciones climáticas, así como las dificultades económicas, en todo ese tiempo recibió sólo por algunas horas y una vez al año la visita de sus familiares. Agotado el fuero judicial interno dentro del Perú se recurre a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, CIDH.
1999, 30 de mayo, fallo de la CIDH ordena al estado peruano la derogación de las leyes excepción que sirvieron de marco jurídico a la ley antiterrorista y ordena nuevo juicio a Castillo Petruzzi, en el marco de la convención de San José, teniendo que respetarse debido proceso y el derecho a defensa.
1999, el Perú se retira de la juridicidad contenciosa de la CIDH, no acata fallo Castillo Petruzzi.
2000, huída del Perú de Alberto Fujimori, se instala el gobierno de transición de Valentín Paniagua. Inicia una huelga de hambre junto a los seis chilenos encarcelados en Yanamayo exigiendo ser repatriados a Chile.
2001, mayo, es trasladado a Lima junto a los otros presos políticos y sentenciados chilenos. Gobierno de Valentín Paniagua, se reincorpora a la CIDH y decide acatar fallo Castillo Petruzzi.
2001 junio, anulan sentencia a cadena perpetua, se vuelve a foja cero, se inicia nuevo proceso judicial con una “modificación benigna” de la ley 25475 (ley medular de la legislación antiterrorista fujimorista). Termina huelga de hambre de los seis chilenos condenados en Perú, después de 36 días.
2003, septiembre, es condenado a 23 años de prisión y a una reparación civil de 250.000 nuevos soles, en forma mancomunada con dos de sus cosentenciados chilenos que actualmente mantienen un régimen de semi libertad.
Jaime Castillo Petruzzi, ha venido cumpliendo condena en el penal de régimen ordinario Miguel Castro Castro de la ciudad de Lima, Perú. El día de ayer, en horas de la madrugada, ha sido trasladado al penal de Piedras Gordas en la misma capital peruana junto con otros 10 prisioneros.
Podría haber alcanzado su libertad en junio 2010, si se le reconocía, de acuerdo a ley, su derecho a los beneficios penitenciarios (tres cuartas partes de la condena cumplida; redención de la pena del siete por uno por motivo de trabajo y estudio). El actual gobierno peruano, el día de ayer, ha promulgado nueva ley, aprobada por el Congreso, eliminando los beneficios penitenciarios. Dentro de este nuevo marco legal, Jaime Castillo Petruzzi, recién saldría en libertad cumpliendo el íntegro de la pena, el 14 de octubre 2016.
Información actualizada al 15 de octubre de 2009

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