Estamos en: Grandes traductores de la Biblia > Erasmo (1469-1536) |
Desiderio Erasmo (nacido el 27 de octubre de 1469 en Rotterdam, Holanda y muerto el 12 de julio de 1536 en Basilea, Suiza) era hijo ilegítimo de un clérigo, cosa que en aquélla época resultaba ser más frecuente de lo deseable. A los 15 años queda huérfano, con lo que su infancia no resultará ser una etapa feliz de su vida sino algo que le dejará huella profunda en sus años de madurez.
Erasmo, por Holbein el Joven |
Puesto en contacto con los Hermanos de la Vida Común recibe de ellos el gusto por las letras latinas y griegas, cosa que influirá notablemente en su adiestramiento intelectual.
Con 18 años ingresa en el noviciado del convento de agustinos de Steyn, aunque hay dudas sobre si esta decisión se debe a motivaciones religiosas o intelectuales; sea lo que sea, poco después de ser ordenado sacerdote, Erasmo abandona el convento para siempre: su independencia de espíritu no cuadraba con la vida articulada y programada de un monje.
Sin embargo la deuda de Erasmo con los Hermanos de la Vida Común y los canónigos de Steyn se verá reflejada en esa religión interior, sencilla y espiritual que rebosa en la Imitación de Cristo.
Ya para ese entonces Erasmo viaja, escribe y mantiene una incesante correspondencia con amigos y protectores. Aunque escribe, todavía no publica libros, pues estos son años de investigación, de estudio y de preparación para el futuro. En 1499 está en Londres donde entablará amistad con Tomás Moro, el futuro canciller y mártir de Inglaterra y allí conocerá a John Colet, al que escucha en sus disertaciones sobre las Cartas de San Pablo.
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El primer libro que Erasmo publica será Adagios, resumen y florilegio de la sabiduría antigua y obra que encaja con el ambiente del Renacimiento. En 1503 publica Manual del Caballero Cristiano, en el que usa la forma de carta para dirigirse a un amigo laico con el fin de instruirle en la manera de vivir cristianamente en el mundo, en medio de un combate espiritual que amenaza al alma. En esta obra Erasmo aconseja a su destinatario que se vuelva a la Biblia como medio supremo de renovar su vida espiritual. Aparte de traducir obras clásicas, Erasmo traduce del griego al latín el Nuevo Testamento, bajo la supervisión de Colet, con el que ha adelantado en su conocimiento del griego.
Desde 1506 a 1509 viaja por Italia, recorriendo Turín, Milán, Padua, Bolonia, donde asiste escandalizado a la entrada triunfal del papa Julio II en la ciudad, al que tilda de segundo Julio César. En Roma oye un sermón el Viernes Santo en el que tras algunas palabras sobre la Pasión y un elogio a Julio II, el orador hace una larga exposición sobre la mitología y la historia romana. No es extraño que Erasmo se dedique en los últimos años de su vida a componer una obra sobre la predicación cristiana.
De vuelta a Inglaterra escribe el Elogio de la Locura, la obra que le granjearía fama universal, en la que satiriza a papas, obispos, filósofos, sabios, príncipes, soldados y monjes. En la Universidad de Cambridge da clases de griego y teología en el Queen College, continuando con su traducción del Nuevo Testamento que culminará en 1516 con la publicación en Basilea de dicha obra, la cual va influir profundamente en la Reforma: hombres como Lutero, Calvino o Zwinglio acudirán al Nuevo Testamento greco-latino de Erasmo para sus estudios. De ese texto se hará uso durante siglos para las traducciones del Nuevo Testamento a infinidad de lenguas.
Debido a la ambigüedad calculada de Erasmo, se verá perseguido e incomprendido por los dos bandos de las controversias de su tiempo: Roma y la Reforma. Para la primera es un traidor que se ha pasado al bando contrario, para la segunda un timorato incapaz de romper con los lazos que le unen a la primera. De ahí su excomunión por Roma y su diatriba con Lutero por la cuestión del libre albedrío. A la primera dice: "Soporto a esta Iglesia hasta que la vea mejor, y la Iglesia debe soportarme a mí mismo hasta que yo me haga mejor." y al segundo : "No daré mi nombre a vuestra Iglesia si no la veo cambiar."
En realidad Erasmo era un hombre que aborrecía las rupturas, los enconamientos y que buscaba reformar a la vieja Iglesia católica para volverla a una espiritualidad sencilla, interior y evangélica. Por estos motivos se verá situado en una especie de tierra de nadie en una época en la que no tomar partido abiertamente era considerado alta traición. Sin embargo, sus ácidas críticas a la Iglesia de Roma no se le perdonarán a pesar de no pasarse al bando protestante; Erasmo no se muerde la lengua al poner en la diana prácticas y enseñanzas romanas:
"¿Quieres agradar a San Pedro o a San Pablo? Reproduce la fe de uno y la caridad del otro. Así, harás más que si corrieras diez veces a Roma."
"No hago tratos con los santos; me dirigí directamente a Dios por el Pater Noster porque ningún santo es más accesible o más misericordioso que nuestro Padre."
Aparte de su edición bilingüe del Nuevo Testamento, Erasmo trabaja en la traducción al latín de la Paráfrasis del Nuevo Testamento, pues en sus propias palabras:
"El Evangelio será leído por los labradores, por los herreros, por los albañiles, por los tejedores, hasta por las mujeres públicas y sus mancebos, hasta por los turcos, en fin."
En una época en la que Roma verá la traducción de la Biblia a las lenguas vulgares como una de las fuentes de la herejía, las declaraciones de Erasmo van en sentido totalmente contrario:
"¿Qué mal se ve en que los hombres repitan el Evangelio en su lengua materna, en la que ellos comprenden: los franceses en francés, los ingleses en inglés, los alemanes en alemán, los hindúes en hindú? A mí me parece mucho más malo, o por mejor decir ridículo, que los ignorantes y las mujeres, como los loros, mascullen en latín sus salmos y su oración dominical sin entender lo que dicen... ¡Cuántos hombres de cincuenta años ignoran el voto que han pronunciado en el bautismo y no han tenido nunca la menor idea de lo que significan los artículos del Credo, la oración dominical, los sacramentos de la iglesia."
Las Paráfrasis están entre los libros predilectos de Erasmo, pues mientras el Novum Testamentum greco-latino iba dirigido al mundo de la intelectualidad y la erudición, las Paráfrasis se dirigen a toda persona de mediana cultura que sepa leer, lo cual le va a enfrentar directamente con los teólogos de la Sorbona que ven en ello una identificación con la actitud de los reformadores. También realizará una traducción del Nuevo Testamento a su lengua materna, el holandés, en 1524 que fue publicada en Delft.
Muere el 12 de julio de 1536 en Basilea, donde es enterrado
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