En una ciudad de la Regiòn Kanto
Martes,
feriado japonés.Aquí, por lo general, las empresas tienen el suyo propio,
independiente del oficial. Se trabajó desde 8 de la mañana hasta las 6 de la
tarde, una hora de sobretiempo, igual que ayer lunes. Todavía no quedan totalmente
limpias de nieve las pistas chicas, las grandes si, porque tienen mayor
trànsito. Las chicas vienen a ser las vìas locales.Ayer lunes, recibí a las
nueve de la mañana, llamada de teléfono de parte de la señora Taka
(contratista), me dejó mensaje sobre el amigo Josè, tambièn peruano. Luego
devolvì la llamada, explicàndome el
problema que había tenido Josè al golpear involuntariamente a un motociclista japonès,
repartidor de periódicos, como consecuencia al
patinar su auto y no funcionar correctamente los frenos, todo ello por
la nieve que cayò. Fue llevado a la Comisaría local de Ota y con cargo a
regresar el domingo próximo, porque debìan realizar las investigaciones. Su
brevete internacional ya se le venció en octubre. No he podido tramitar el brevete
japonés. Este asunto es serio y a veces causal de deportaciòn, asì tenga visa.
Despuès de un tiempo me enterè que el juzgado de trànsito determinò que como
consecuencia del accidente ocasionado y no tener vigente el brevete
internacional ni el japonès, a pesar de contar con estatus legal, su salida del
japòn. Me recordaba de un compañero peruano, Pedro Pèrez, con quien trabajé en
Sanwa, empresa fabricante de piezas de autopartes o partes de autos,
abastecedora al mercado nacional nipòn y de exportaciòn, siendo su principal
destino Francia. Sobre su comportamiento que a muchos nos llamaba la atenciòn.
Trabajàbamos en la empresa alrededor de 11 nacionales y èl era un caso
especial. Nuestro horario de 5 de la tarde s hasta las 2 de la mañana. Pedro llevaba su pasta y escobilla de dientes y
antes de salir se lavaba, de tal forma que llegaba a su casa, y de frente a la
cama, a dormir, por lo que se deduce que no ingresaba al ofuro o shawa, no se
bañaba. El trabajo nuestro es bàsicamente fìsico, generando sudor,
transpiraciones y con gran desgaste de energìas, 8 horas de piè, cuando hubo
danyo(sobretiempo), una o dos horas màs. Lo curioso es que el amigo no llevaba
su vento o comída, que almorzaba bastante bien y sentíase satisfecho. Casi sin
dinero efectivo, por ejemplo, tenía deseos de tomarse un café, había máquina
expendedora y el precio 50 yenes, pero él sólo tenía 40, de tal forma que le
pedía prestado 10 yenes a un compañero Carlos. Cuando èste comía, Pedro se
antojaba y pedìa que le invitara una
cuchara para probar. O si alguna vez Carlos tomaba un café, le pedía un
sorbito. Veía el cenicero con varios
puchos o mitades de cigarros, porque los japoneses por lo general, fuman
solamente la mitad y luego lo tiran, gran banquete de puchos para Pedro, pedía
encendedor prestado para disfrutar de los humos perentorios gracias a los
retazos de cigarrillos o los puchos. Después de algún tiempo la empresa optó
por proporcionar al personal que hacía horas extras, pan o sandwich japonés,
esto es, pan con soba o fideos, pan con chocolate, algo que no solemos comer en
nuestro paìs, pero que si le gustaba mucho a Pedro. Lo que se abastecìa al
personal como es entendible estaba debidamente contabilizado, cogiendo nuestro
amigo su parte y algo màs de quien no lo hacìa, observaciòn hecha por los nipones
ya que para ellos, cada uno coge lo que le toca. Pero sì, era permisible de
nuestra parte entregarle voluntariamente. De esta manera el amigo compensaba su
alimentaciòn durante la jornada laboral. Nos comentaba que se dedicaba
conjuntamente con su esposa, a la pintura, o sea pintor y se publicitaba a
travès del periòdico bilingüe Internacional Press. En pocas ocasiones vimos a
esposa llevarle a la fàbrica o su comida, nuestro horario era de 5 de la tarde a
2 o 4 am.Habìan los intervalos de dos horas en que se descansaba y alrededor de
las 7.30 pm., se comìa. En su casa había un único auto, muy pocas veces lo
usaba él. Se traslada de casa al trabajo, en bicicleta, 15 minutos, otro tiempo
se iba a pié, por la línea del tren, lo cual està prohibido en cualquier
localidad japonesa. Su domicilio estaba ubicado en Omata, relativamente cerca a
la fábrica, a pié, más de media hora y en época de invierno, más duro al
regreso, por el frio y la nieve. Al poco tiempo, aumenta la carga de trabajo de
tal manera que laboràbamos dos horas de
danyo o sobretiempo. Pero nuestro amigo que
no reparaba su cuerpo a travès de los alimentos, no comía, no compensaba
el desgaste energètico, se venía caminando de casa, sufría las consecuencias y
se quedaba dormido, de piè. Esto sucedió varias veces, se delataba porque se le caían las piezas de aluminio con las
que se trabajaba.El japonés encargado varias veces lo vió, de allí que le
comunicó al kacho (jefe) que le llamó la atención a Pedro. También se le achacaba
que hacía poca producción.El jefe le dio varias oportunidades, pero en
realidad, nadie lo quería, se encontraba aburrido por lo que después de un
tiempo se retiró de la compañía.El lugar o zona de descanso, estaba adecuado
convenientemente con microondas para comidas, calentadoras de agua para tè o
cafè, refrigeradora para conservar los alimentos, bebidas, etc. Lo señalaban como
autor de coger alimentos y bebidas de
otros trabajadores, tal como chocolates, bebidas, todo se le achacaba al buen
Pedro. La cultura predominante es de no coger lo ajeno, tal como se les inculca
a los naturales desde niños. Respeto a la persona y propiedad ajena.
Es una historia real, como es natural a los personajes se ha variado nombres y/o apellidos.
En la actualidad, luego de varios años de recesiòn hay màs trabajo en todas las àreas, requiriendo para ello mano de obra, tambièn la calificada, teniendo en cuenta que Japòn serà sede de los juegos olìmpicos, pròximamente.
Empresa contratista que solicita personal para trabajar en Japòn
C.Maruno en Tokyo |
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