sábado, 28 de julio de 2012

Sìndrome postbèlico Perù-Chile


INVESTIGACIONES
Perú-Chile: Síndrome postbélico
Peru-Chile: Post war syndrome

Martín Nizama V.
Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado - Hideyo Noguchi, Lima, Perú Médico Psiquiatra del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado - Hideyo Noguchi” de Lima, Perú. E-mail: maniva@terra.com.pe

RESUMEN

A propósito del espionaje perpetrado por Chile contra el Perú entre el 2004 y el 2009, se examinan algunas características del belicismo, el armamentismo y el expansionismo geopolítico de Chile, tras la guerra del Pacífico (1879) que cercenó a Bolivia y Perú las provincias de Antofagasta, Tarapacá y Arica. En adelante, la historia entre Chile y Perú se desarrolló en base a la relación dicotómica vencedor-vencido en la cual, por un lado, prevalecen recurrentes actitudes de soberbia, prepotencia, amenazas, armamentismo desenfrenado, hostilidad y belicismo, azuzado por el codicioso militarismo pinochetista de determinadas castas castrenses que aún ejercen un enmascarado tutelaje sobre la democracia chilena, y por el otro lado, el resentimiento, la desconfianza y el temor presente entre los peruanos. Esta realidad se ha vuelto a poner en evidencia con el descubrimiento de una red de espionaje contra el Perú pagada por Chile, al haber contratado los servicios de un agente militar peruano en actividad para dicho propósito. Esta disfuncionalidad en la relación bilateral a lo largo de 130 años, ha generado como secuela un síndrome postbélico en el cual el vencedor de la confrontación bélica se siente superior y subestima al vencido, considerándolo inferior, habiéndose establecido una irresuelta relación de envidia-agresividad versus resentimiento-miedo, lo cual alimenta los planes expansionistas de Chile; primero, en el terreno económico, comercial o empresarial para luego hacerlo militarmente, para lo cual se arma. Tras la conclusión se proponen algunas alternativas para afrontar el síndrome postbélico.
Palabras clave: armamentismo, belicismo, expansionismo geopolítico.

INTRODUCCIÓN


Chile es una pequeña nación con una población de 17 millones de habitantes. Histórica y geopolíticamente es un país prepotente y expansionista, sin respeto por sus vecinos. A continuación, de manera sucinta se mencionan algunos hechos trágicos precedentes. Así, por la posesión del Cusco, el 6 de abril de 1538, las tropas de Hernando y Gonzalo Pizarro (“los de Pachacámac”) derrotaron a las huestes de Diego de Almagro (“los de Chile”) en la batalla de Salinas, ubicada a 5 km del sur del Cusco. Al respecto Raúl Porras Barrenechea, escribió: “la guerra de las Salinas fue, en verdad, la primera guerra del Pacífico. Pizarro, quien murió asesinado en su palacio por “los de Chile” por no querer entregar la Nueva Toledo, murió en realidad defendiendo la integridad territorial del Perú” (2). Hace 130 años, tras la infausta guerra de rapiña (1879-83) perpetrada de manera artera contra sus “hermanos” (3) latinoamericanos, Perú y Bolivia; luego del saqueo de la heredad nacional, Chile duplicó su territorio al anexarse Antofagasta, Tarapacá y Arica, se posesionó para su usufructo de las riquezas del salitre y el guano, quedándose hasta la actualidad con el monitor Huáscar como trofeo de guerra. Esta oprobiosa enajenación fue cometida con el tutelaje y apoyo convenido del imperio inglés, en cumplimiento de la visión geopolítica de su mentor ideológico Diego Portales, quien antes de ser asesinado instigó la disolución de la Confederación Perú-Boliviana, al considerarla una amenaza para la supervivencia de Chile. La Confederación se disolvió luego de su derrota en la batalla de Yungay por las huestes chilenas.
Desde el comienzo de su historia republicana, las políticas de Estado de Chile en sus relaciones bilaterales con el Perú han mantenido una misma coartada: el “armamentismo disuasivo”. Así, una década antes de la guerra del Pacífico, ese país inició una carrera armamentista que le permitió tener la supremacía naval en el Pacífico al adquirir los acorazados Cochrane (1874) y Blanco Encalada (1876), con la argucia de que era una política disuasiva contra una fantasmal conspiración peruano-boliviana. Sergio Villalobos, historiador chileno, acerca del armamentismo sureño previo a la guerra del Pacífico, lo justificó de esta forma: “Vale la pena destacar que los temores peruanos y bolivianos sobre una supuesta política agresiva de Chile probaron ser completamente infundados. El gobierno no albergaba ningún plan siniestro. La superioridad naval era un simple resguardo nacional y no fue empleada para dar ningún golpe ni ejercer amenaza”. En la actualidad, con el manido ardid de la modernización del equipo bélico y defensa de sus fronteras, Chile ha emprendido una desaforada inversión económica en una carrera armamentista, a la espera del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, coyuntura en la cual prevé activar su potencial bélico, si el fallo le fuera adverso. En la misma forma en que lo hicieron una centuria antes, Cristian Leyton, geoestratega chileno, acerca del armamentismo sureño actual, lo justificó así: “Chile al no poseer demandas territoriales con sus vecinos ni tampoco ejercer una política de potencia hegemónica sobre el espacio regional o vecinal, ni menos aún una de expansión ideológica fuera de sus fronteras, no genera amenaza para la paz internacional. No existen fundamentos que permitan a Perú “acusar” a Chile estar embarcado en una carrera armamentista”(4).
Por su lado, el maestro sanmarquino Raúl Porras Barrenechea efectuó un agudo, objetivo y aún vigente análisis crítico sobre la infausta guerra del Pacífico (1879). Él señaló que: “En la guerra con Chile los estadistas no prepararon la defensa y confiaron en los medios pacíficos y diplomáticos. Chile preparó sistemáticamente la agresión, tuvo la iniciativa de las operaciones y la ofensiva estratégica” (5).
En la actualidad, no obstante los rigores de la gran recesión económica mundial, Chile continúa armándose militarmente en forma desmesurada y desproporcional, con ambiciosos objetivos expansionistas mirando fijamente al Perú, fiel a la enseña de su escudo nacional y lema patrio que reza “por la razón o la fuerza”. De este modo, siembra la desconfianza y la inseguridad en la convivencia entre ambas naciones supuestamente hermanas. Chile tiene como visión misión convertirse en el más breve plazo posible en la potencia hegemónica del Pacífico Sur, en desmedro del Perú.
Ha fracasado, pues, la política de cuerdas separadas ensayada por los gobernantes peruanos; puesta en marcha de modo que el tema contencioso de La Haya vaya por un lado; y paralelamente las relaciones comerciales y empresariales de las crecientes inversiones chilenas en el Perú, vaya por el otro lado. Chile utilizó esta confiada y porfiada política peruana, para avanzar en sus propósitos invasivos y posesionarse de gran parte del mercado peruano. Al punto que sus inversiones en el Perú actualmente exceden los 7203 millones de dólares. Sin embargo en Chile, los capitales peruanos no tienen un trato recíproco y su presencia es infinitamente menor. Ni siquiera la masiva migración de más de 130 mil peruanos a ese país ha contribuido a generar confianza en las castas castrenses chilenas. Son insaciables en sus expectativas de expansionismo geopolítico a costa del Perú.
En suma, las relaciones bilaterales tienen la impronta de la desconfianza y el recelo; contexto en el cual toda política bien intencionada de pacificación y limitación del armamentismo, fracasa inexorablemente. El último acto de infraternidad ha sido el descubrimiento de una red de espionaje para la compra sistemática de información de secretos militares, lo cual ha indignado al Perú justificadamente, y Chile sólo responde con la estratagema de negar o minimizar todo para proteger su imagen internacional. El espionaje es tipificado en el derecho internacional como acto hostil. De esta manera, Chile respondió deslealmente a la política bien intencionada del presidente García cuya prédica ad populum es: “menos armas dan como resultado menos pobreza”. Por estos hechos precedentes, Chile es digno de confianza cero para la inmensa mayoría de peruanos, que lo perciben como una amenaza real e inminente para la seguridad nacional. De otro lado, en circunstancias por demás extrañas, el 12 de noviembre del 2009 se filtró en la prensa nacional la noticia del espionaje chileno, perpetrado a través de un agente peruano, apoyado por una red encubierta con ramificaciones en Santiago y Lima, lo cual fue el detonante de una crisis bilateral de resonancia continental.


ANTECEDENTES DE ESPIONAJE


Hace 30 años, el 20 de enero de 1979, el ex suboficial FAP de tercera, Julio Vargas Garayar, fue fusilado por actos de traición a la patria al efectuar espionaje a favor de Chile. Él, fue descubierto tomando fotos de la base militar de La Joya (Arequipa). El embajador chileno de esa época, Francisco Bulnes, fue declarado persona no grata y expulsado del país por este motivo. En diciembre de 1978, dos oficiales navales chilenos, Sergio Jarpa Gerhard y Alfredo Andoházegui fueron capturados cuando tomaban fotos de aviones en la base FAP de Talara. En 1995, Chile, siendo garante del Protocolo de Río de Janeiro, vendió secretamente armas al Ecuador durante el conflicto del Cenepa.
Y, en el 2003, la víctima de esta tradición chilena de espiar fue Argentina. En esa oportunidad, José Andrés Basbus, cónsul adjunto argentino en Punta Arenas, sorprendió a dos sujetos en el consulado argentino en un acto de espionaje. Uno de ellos dejó caer un documento de identidad que lo identificó como Luis Alberto Robles Ricus, agente chileno de contrainteligencia. Sin embargo, sus dirigentes políticos tienen la desfachatez de pregonar que su país no practica el espionaje, y afirman que el suyo es un país serio y como tal, poseedor de un sólido prestigio internacional.
Durante la guerra de Las Malvinas en 1982, Chile apoyó a Inglaterra en contra de Argentina, siendo ésta una nación vecina, latinoamericana y cuna del libertador José de San Martín. El 16 de enero del 2008, el Perú presentó una demanda por la delimitación marítima ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya y Chile la calificó de acto inamistoso. En setiembre del 2009, el ministro de defensa de Chile, Francisco Vidal, mediante declaraciones ofensivas se mofó del pacto de no agresión propuesto por el presidente del Perú, Alan García Pérez.


ESPIONAJE


Red de espionaje
El técnico inspector suboficial FAP, Víctor Ariza Mendoza, (VAM, 45 a, n. Huacho), perteneciente a la Dirección de Inteligencia de la FAP, trabajó como asistente en la agregaduría aérea del Perú en la embajada peruana en Santiago de Chile entre febrero y diciembre del 2002, año en que fue captado por los servicios secretos de ese país, en el Círculo de Auxiliares de las Fuerzas Armadas y Policiales Extranjeros Acreditados en Chile (CAFAPE), en cuyo ámbito confraternizan agentes de inteligencia que laboran en las agregadurías militares que prestan servicios en Santiago, al cual VAM perteneció durante siete años. Mas, él admitió que realizó acciones de espionaje para Chile solamente a partir del 2004. VAM fue denunciado ante sus superiores en el 2007 al mostrarse un voucher de depósitos bancarios a su nombre, procedentes de Chile, como pago porque proporcionaba información clasificada a ese país (La Primera, 15 de noviembre, 2009). Sin embargo, recién después de más de dos años, el viernes 30 de octubre del 2009, VAM fue capturado en un restaurante de Jesús María, mientras degustaba plácidamente sus alimentos en compañía de unos amigos. En este espionaje financiado desde el exterior, inicialmente los instigadores chilenos le habrían pagado al traidor entre 5 mil y 8 mil dólares mensuales, a cambio de proveerles información clasificada de los secretos militares peruanos, y desde setiembre del 2005 un promedio de 3 mil dólares mensuales y bonificaciones especiales de hasta 10 mil dólares cuando hacía envíos de información especialmente solicitados; dinero que le era transferido mediante la agencia Western Union. VAM laboró como espía a favor de Chile hasta el 2009. El sueldo global de un suboficial FAP es de 667 dólares mensuales. Las investigaciones policiales indican que le habrían descubierto cuentas bancarias en las cuales tendría depositados 178 mil dólares. Además, le detectaron propiedades inmuebles en los distritos de San Martín de Porres, Surco y Puente Piedra. Sus enlaces militares chilenos eran los miembros en retiro de la Fuerza Aérea de Chile, el comandante Adrián Bravo Carrasco (alias “Daniel Márquez Torrealva”) y el suboficial mayor Jaime López Ruiz (alias “Víctor Vergara Rojas”), quienes le remesaban el dinero. Por este motivo, VAM hizo varios viajes a Chile, vía Argentina. Se reunía con sus contactos en Arica, Buenos Aires, Montevideo y Asunción.
El felón habría entregado a los operadores chilenos el Plan Estratégico Institucional de la FAP destinado a optimizar la operatividad de esa institución hasta el 2021; así como la relación de estudiantes de la Escuela de Inteligencia de la FAP. También vendió el Plan Estratégico Quiñones (reequipamiento FAP), Plan Estratégico Bolognesi (reequipamiento del Ejército), el Plan Estratégico Grau (reequipamiento de la marina) y los secretos del Núcleo Básico de Defensa (NBD), cuyo objetivo es alcanzar en el período 2007-2011 un nivel de operatividad de las Fuerzas Armadas, capaz de responder y resistir durante un período prudente una eventual agresión externa (La República, 15 de noviembre, 2009). Por ello, Chile ha duplicado su arsenal bélico. El caso Ariza es sólo la punta del iceberg de una extensa red de espionaje chileno instrumentado en nuestro país, no se sabe de qué dimensiones y consecuencias.
En el mismo sentido, se ha detectado que un número indeterminado de pilotos de la Fuerza Aérea de Chile (FACH) opera en la empresa LAN (de bandera chilena) que cotidianamente vuela por los aires del cielo peruano por tiempo indefinido, lo cual pone en riesgo la seguridad nacional. Stricto sensu, la Ley debe impedir que pilotos extranjeros operen en aerolíneas de bandera nacional. En la actualidad, mientras 143 pilotos chilenos, algunos de ellos, miembros activos de la FACH, laboran en la empresa LAN, más de 300 pilotos peruanos se encuentran desempleados. Los riesgos contra la seguridad nacional, por este motivo, son: dependencia de los pilotos extranjeros con sus fuerzas armadas de origen, posibles actos de espionaje y actos de sabotaje en el territorio nacional. Estos hechos revelan un encubierto ánimo belicista en los vecinos del sur.


Perfil del felón


VAM fue reclutado por los servicios de espionaje chilenos porque reunía el perfil adecuado para desempeñarse en tan vil función contra su madre patria: cobardía, carencia de identidad nacional, sujeto manipulable, urgencias económicas debido a su bajo sueldo y relación con múltiples parejas sentimentales, por lo cual estaba obligado a proveer la manutención de varios hogares.


Reacción peruana


La respuesta peruana fue rápida y enérgica: llamar a consulta al embajador peruano en Santiago, Carlos Pareja Ríos; cancelar la visita de la ministra de la producción, Mercedes Araoz, quien la siguiente semana se iba a reunir con la presidenta chilena para entregarle la propuesta peruana, orientada a frenar el gasto en armamento en la región; cancelar la reunión presidencial García-Bachelet en el marco de la XVII Reunión de Líderes del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) de Singapur; así como el retorno anticipado del mandatario peruano a Lima, por este asunto imprevisto.
Desde Singapur, el canciller José Antonio García Belaunde manifestó que “se trata de un trágico, lamentable y repudiable caso de espionaje y un acto ofensivo del gobierno chileno al haber estado sufragando estas actividades en el Perú” (La República, 15 de Noviembre, 2009). El congresista Juvenal Ordóñez acotó que “la política de paz que se le está ofreciendo a Chile fue contestada con la compra de misiles, radares y encima espionaje” (La Primera, 16 de noviembre, 2009). Los peruanos pecan de ser muy confiados. Las principales autoridades nacionales se informaron del espionaje mientra se encontraban en el exterior, el presidente García en Seúl y el canciller García Belaunde en Singapur. Por su lado, el congresista Víctor Andrés García Belaunde comentó que de Chile, “ahora se espera el pedido de perdón y la promesa de que este tema no se volverá a repetir”.


Condena presidencial


El 16 de noviembre de 2009, una vez acabada la sesión del Consejo de Seguridad Nacional, desde el Salón Dorado de Palacio de Gobierno, refiriéndose a un “hecho de espionaje por personas de Chile con la colaboración de un agente peruano”, el presidente Alan García hizo un pronunciamiento en los términos siguientes: “Quiero expresar mi rechazo enérgico, categórico, a esta ofensa que se hace a la soberanía del Perú. Creo que estos son actos repulsivos que no corresponden a un país democrático y que dejan muy mal la presencia de Chile ante el mundo…sólo el débil apela a estas armas. Sólo el que se siente débil espía…en 1978-79 tuvimos un caso similar, lo que demuestra una continuidad en la forma de actuar”. Y, acotó que cuando el Perú hizo una propuesta “de buena fe” para alcanzar un pacto de no agresión y lograr una limitación en la compra de armas, recibió una respuesta “destemplada y descortés” de algunos personajes de la política chilena, refiriéndose al ministro de defensa, Francisco Vidal, y al canciller Mariano Fernández, quienes dieron a entender que la propuesta estaba desfasada. Es sabido que Chile se niega a reducir los gastos armamentistas. En cuanto a las razones del espionaje chileno, el presidente peruano comentó que es “el complejo de quienes ven con temor el crecimiento del Perú, su desarrollo democrático y económico…Si este avance genera temor y complejo y origina este tipo de comportamientos propios de una republiqueta y no de un país democrático, nosotros lo lamentamos….el Perú avanza y eso genera temor a los que creyeron ser siempre los adelantados y los abanderados del desarrollo”. Luego apuntó que: “La Interpol podrá a través de todos sus medios y de su neutralidad, demostrar que el Perú hace estas afirmaciones sin caer en ninguna inexactitud”. Y, refiriéndose al asunto contencioso en La Haya, precisó que: “Esto no se puede responder mostrando las armas. La corte de La Haya y lo que diga no se puede responder con juegos de guerra, mostrando los dientes acerados de las armas, porque esa no es una costumbre democrática”. (El Comercio, 17 de noviembre del 2009). Una fraseología rimbombante, más para el consumo interno.


Indignación ciudadana


La población reaccionó con indignación e irritación ante la inveterada costumbre chilena de espiar militarmente al Perú. Se valora esta permanente actitud como un afán de dominación, de abuso o prepotencia de los sureños. El pueblo peruano no tolera la actitud agresiva y ambiciosa de la clase política chilena que sólo se limita a negar lo innegable y amenazar como lo hizo de manera desatinada y arrogante el ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, quien manifestó que no iban a aceptar las descalificaciones del presidente García a la presidenta Bachelet.
Por este motivo, instituciones fundamentales del país se pronunciaron reflejando la indignación de la peruanidad por estos actos de prepotencia chilena contra el Perú. De esta manera, la institucionalidad salió en defensa de la dignidad nacional, denunciando los propósitos expansionistas del país sureño.


Negación de Chile


Como de costumbre los gobernantes mapochos han negado estas acciones encubiertas, y por el contrario asumen el rol de víctimas de un supuesto complot peruano. Al respecto, la gobernante chilena, Michelle Bachelet, rechazó que su país esté alentando en modo alguno una carrera armamentista. “Nunca en nuestro país ha habido ningún intento de carrera armamentista. Nosotros no nos hemos armado para un fin bélico”, afirmó. El canciller de Chile, Mariano Fernández, se limitó a informar a su homólogo peruano, canciller José Antonio García Belaunde que “ellos no conocen del tema, que solo saben lo que ha aparecido en la prensa peruana en estos días”. Al día siguiente, Fernández, fiel a la tradición de su gobierno de negar todo, cínicamente declaró: “Queremos decir enfáticamente: Chile no tiene nada que ver en este caso, no tenemos ninguna información disponible que permita vislumbrar siquiera algún tipo de participación chilena”; e insinuando que se trataba de una burda maniobra mediática peruana para desacreditar a su país, dijo: “Le pedimos sobre todo a las autoridades peruanas, investigar a fondo el asunto y mantener serenidad para que la opinión pública sea informada con la verdad de lo que ha ocurrido entre funcionarios de las Fuerzas Armadas del Perú” (El Comercio, 17 de noviembre de 2009). Bufonesco ¿no? En el mismo sentido se expresó el ministro de defensa chileno, Francisco Vidal, quien afirmó que su país “no está en carrera armamentista”, acotando que el presupuesto de compra de armas es “infinitamente inferior” a 665 millones de dólares. Por su lado, el general Ricardo Ortega, jefe de la Fuerza Aérea de Chile espetó que la captura del suboficial peruano, que supuestamente espiaba para Chile, demuestra el “interés de provocar” del Perú.
La vocera del gobierno chileno, Carolina Tohá, minimizó el hecho manifestando que “cuando hay denuncias como esta, los gobiernos tenemos que ser prudentes y tenemos que ser serios. No corresponde que haya reacciones precipitadas ante antecedentes que no tienen fundamentos ni investigación que sea válida. Queremos ser muy claros, Chile no es espía, Chile es un país muy serio en sus relaciones internacionales”. El senador chileno Sergio Romero, acotó: “Yo creo que de verdad Perú está pasándose de la raya, y estoy muy sorprendido de la actitud pasiva y simplemente observante de nuestra cancillería y el gobierno” (La República, 15 de noviembre de 2009).
Siguió una retahíla de declaraciones y comentarios prepotentes, amenazantes e injuriantes de políticos chilenos. Por ejemplo, del senador Jorge Pizarro, “El Perú va a seguir generando uno y mil incidentes donde Chile siempre aparece como un país agresor”; el senador Marcelo Díaz declaró: “García ha puesto en marcha una diplomacia odiosa, profundamente hostil a Chile” y agregó que era “un acto más de histrionismo al que nos tiene acostumbrados el presidente García. Llegó la hora de decirle al Perú ¡ya está bueno de sus shows”. Por su lado, el internacionalista y ex diplomático sureño, José Rodríguez Elizondo, añadió que el Perú tiene “la inquietud de que Chile no vaya a cumplir el fallo, una vez que sea derrotado en La Haya”, y que el propósito de su estrategia es “fortalecer las fuerzas militares peruanas, bloquear el desarrollo de la fuerza militar chilena y convocar a una opinión pública regional y mundial para que haga causa común a favor del Perú” (El Comercio, 17 de noviembre de 2009).


Victimización chilena


Paradójicamente, la clase política de ese país en lugar de hacer un mea culpa y expresar sus excusas al Perú por la ofensa inferida mediante el espionaje, asume el rol de víctima y sin ambages acusa al Perú presentándolo en los medios nacionales e internacionales como autor de un burdo montaje. Las cúpulas del poder demuestran así pobreza ética y carencia de rectitud, demostrando lo contrario de lo que preconizan: ser un país serio, responsable y con un sólido prestigio en la comunidad internacional.


BELICISMO


Estrategia intimidatoria


Las cúpulas belicistas chilenas no pierden ocasión para deslizar amenazas contra la soberanía ofendiendo la dignidad nacional. Pinochet solía alentar a sus empresarios a invertir en el Perú, diciéndoles de manera socarrona que el Perú estaba en venta, lo venden barato les manifestaba y les aseguraba que el ejército chileno garantizaba sus inversiones. Por estas razones, la congresista e intelectual peruana Martha Hildebrandt, de manera metafórica definió a Chile como una espada en América del Sur, destinado a ser siempre agresor, al estar enclaustrado entre los Andes, la Patagonia, el mar y el Perú. Sólo mira al Perú y busca intimidar a los peruanos. De modo que Chile busca pretextos para justificar un ataque armado al Perú.


Armamentismo


Chile es el país que más ha gastado en adquirir armas de última generación en Latinoamérica, con una inversión total de 20 mil millones de dólares. El 13 de noviembre de 2009, la Agencia de Cooperación de Seguridad y Defensa de Estados Unidos notificó al Congreso de ese país sobre posibles adquisiciones militares chilenas por 665 millones de dólares: lanzadores Avenger, misiles Stinger, misiles aire-aire AIM de mediano alcance y sistemas de radar Sentinel. El ministro de defensa chileno Francisco Vidal recurrió a la consabida justificación de que era para sustituir el material obsoleto de sus FF.AA. y que ello no alteraba el equilibrio estratégico de la región. En abril pasado, Chile compró a Holanda 28 aviones cazabombarderos F-16, modificados con tecnología israelí por 270 millones de dólares. En el último quinquenio, Chile ha incrementado sus gastos militares en un 49%, desacatando el artículo 2 de los Estatutos de la OEA, el cual establece el compromiso de todos los países miembros de limitar los gastos militares para aplicarlos al desarrollo económico y social.
En la última década ha adquirido más de 350 tanques Leopard I y II (los tanques más poderosos de América Latina), aviones cazabombarderos F-15 y más de 40 aviones F-16 con sistemas de misiles aire-aire de alcance medio, dos submarinos equipados con dispositivos de disparo de misiles y ocho fragatas. Entre los gobiernos de Lagos y Bachelet, ha invertido más de 5 mil millones de dólares en adquisición de armas ofensivas.
Según el informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, 2007), con una inversión de 615 millones de dólares, Chile fue el segundo importador de armas de América Latina después de Venezuela, con la diferencia de Chile ha optado por la tecnología más avanzada; mientras que Venezuela se ha centrado en material para armar a su población civil.
Chile ha informado que se arma para proteger sus inversiones, las mismas que aceptadas por Perú equivalen a hacerse el harakiri. En Chile, la Ley del Cobre destina un presupuesto exclusivo que representa el 10% del valor de las exportaciones de cobre al presupuesto de las fuerzas armadas para la adquisición de material bélico. En la actualidad, la correlación de fuerzas entre Chile y Perú es de diez a uno.
Por este motivo, el canciller peruano José García Belaunde manifestó: “Consideramos que el nivel de compras de armamento que hace Chile es un problema y un motivo de seria preocupación. No entendemos por qué Chile gasta tanto en armas y por qué esas armas están mirando al Perú. Tenemos una preocupación legítima por el nivel de gasto que en los últimos años ha tenido Chile para comprar armamento” (5 de diciembre de 2009, Página 12, Argentina).


Desequilibrio militar en la región


Chile cuenta con el arsenal bélico más moderno de la región y su capacidad armamentista dista mucho de las amenazas que pueda tener a su alrededor. Ninguno de sus vecinos ha demostrado históricamente vocación belicista. Sin embargo, Chile sí tiene obsesión expansionista. Según SIPRI, Chile espera que en el 2010 sus FF.AA. se equiparen a las de la OTAN, nada menos. El poderío bélico es narcisista y siempre es un peligro inminente para la paz de los pueblos.


POSICIONAMIENTO ECONÓMICO


Inversiones asimétricas conflictivas


Las inversiones bilaterales son fuertemente asimétricas a favor de Chile. La inversión chilena en el Perú excede los 7,203 millones de dólares; mientras que la inversión peruana apenas llega a los 1,005 millones de dólares. Con el apoyo de peruanos venales y rentistas, Chile se está adueñando de los recursos, empresas y puertos estratégicos, aprovechando la inconsciencia de la población, carente de identidad nacional. Aparte del TLC, celebrado sin la aprobación del Congreso Nacional, tiene la concesión de LAN (principal línea aérea del Perú de bandera chilena), Ripley, Falabella, Sodimac, Fasa, entre otras. Igualmente, capitales chilenos participan en la empresa Terminales Portuarios Euroandinos concesionaria del puerto de Paita, donde nació el héroe Miguel Grau. Además, que el gobierno cerró la Escuela de Aviación Civil; en un proceso escandaloso vendió a precios subvaluados los 642, 874.03 m2 del aeroclub de Collique (Comas) a empresas de capitales peruano-chilenos. Su próximo objetivo es hacerse de los yacimientos de gas; puesto que Chile tiene necesidades energéticas imperiosas. Las limitadas inversiones peruanas en Chile son de los grupos Brescia, Wong, Romero y de los empresarios gastronómicos. Según el economista Humberto Campodónico, “la cuestión es que cuando las inversiones son fuertemente asimétricas, la preocupación del país con mayores inversiones se orienta a protegerlas; […] en lugar de que las inversiones lleven a la convergencia (en abstracto) pueden llevar a conflictos”. Por eso en el TLC Perú-Chile se ha establecido lo que Chile ha impuesto: si existiera conflicto entre el Estado y un inversionista, este se resolvería con arbitraje internacional, lo cual obviamente favorece más al país con mayores inversiones (1). Estamos, pues, en una condición asimétrica muy peligrosa.
En esta coyuntura, el Ejecutivo debe cesar la suscripción de contratos, convenios, tratados, concesiones y acuerdos de orden económico y de cualquier otra índole con Chile, principalmente, inversiones en actividades estratégicas, verbi gratia: puertos, aeropuertos, energía eléctrica, gas, petróleo, minerales, tierras cultivables y vías de comunicación, entre otros.


La Haya


Ante la prepotencia chilena de mantener ocupadas zonas de mar que no son suyas, desoyendo los reclamos peruanos que demandaban la devolución pacífica de la porción de mar que le corresponde, el Perú tuvo que recurrir ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya, por la delimitación marítima. Chile, descalificó la justa petición peruana ante el tribunal arbitral, valorándola como inamistosa.


Posición pacifista del Perú


Perú, al percatarse de las intenciones chilenas, ha propuesto ante el contexto internacional un acuerdo de no agresión que implica limitación del armamentismo para priorizar la lucha contra la pobreza y el desarrollo social a favor de los menos favorecidos. Mas, inicialmente, la inveterada codicia chilena hizo oídos sordos de esta plausible iniciativa.


SÍNDROME POSBÉLICO


Psicodinamia
La secuela mayor que ha quedado de la oprobiosa invasión bélica chilena al Perú, es el sentimiento de superioridad que ostenta el vencedor; y a la par, el sentimiento de inferioridad que adquiere el vencido, tras una confrontación bélica internacional, con la consecuente actitud soberbia y prepotente del ganador y la subestimación al perdedor de la guerra; todo lo cual perdura en el tiempo. Subyace a esta constante, una irresuelta relación de envidia-agresividad de un lado y el de resentimiento-miedo por el otro. Esta fijación pática es el causante de una relación de hostilidad versus desconfianza entre ambos países. He aquí algunas manifestaciones de este síndrome postbélico:


Cautiverio del Huáscar


Símbolo de la guerra del Pacífico, desde el combate de Angamos (8 de octubre de 1879), el monitor Huáscar permanece en poder de Chile. Actualmente, es un museo flotante en el puerto de Talcahuano. Un gesto tangible de hermandad entre ambos pueblos debería ser la devolución al Perú de esta nave histórica donde se inmolaron el almirante Miguel Grau Seminario y los comandantes chilenos Arturo Prat y Manuel Thomson.


Pinochetismo


De manera enmascarada, el aún dominante militarismo pinochetista continúa ejerciendo tutelaje sobre la democracia en el país sureño. La clase política de ese país se encuentra sujeta a los designios autocráticos de la cúpula castrense inspirada en la ideología pinochetista, esencialmente antidemocrática, belicista y expansionista. De modo que la política chilena tiene ese trasfondo de poseer una democracia tutelada. Ello explica el doble discurso de su beligerante clase dirigente. Agentes pinochetistas asesinaron al ex presidente demócrata de ese país, Eduardo Frei Montalva, el 22 de enero de 1982, según lo reveló después de 27 años de impunidad la justicia chilena.


Soberbia


Los dirigentes políticos chilenos no pierden la oportunidad de expresarse de manera arrogante y peyorativa cuando emiten sus opiniones controversiales o disienten con las posiciones peruanas. Muestran un anacrónico sentimiento de superioridad que han asumido de por sí y ante sí como secuela de la guerra del Pacífico. Se han quedado fijados a esa experiencia histórica de hace 130 años; sin embargo, fungen de modernos y acusan a los peruanos de estar poseídos de odio antichileno y por ende, de una actitud revanchista. De esta manera ellos subestiman a los peruanos.


Hostilidad


La Operación Salitre 2009, de ejercicios militares realizados en el frente norte de su país, fue un acto de prepotencia que motivó justificadas protestas del gobierno peruano. El nombre “Salitre”, era una provocadora alusión a la guerra del salitre del siglo XIX. Sin embargo, de manera paradójica enrostran a los peruanos de vivir fijados a experiencias traumáticas del pasado. Así mientras ellos se preparan para la guerra, el Perú se muestra como un país pacifista. Al respecto, el constitucionalista y congresista Javier Valle Riestra puntualizó que “la posición chilena es completamente distinta, es una posición expansionista y la carrera armamentista en la que se encuentra indica que tenemos un enemigo realmente peligroso” (La Primera, 16 de noviembre, 2009).


Belicismo subliminal


La película Epopeya en la que ellos mostraron su versión unilateral sobre la guerra del Pacífico, fue una forma sutil de azuzar en el pueblo chileno sentimientos bélicos, como preparándolos subliminalmente para una nueva edición de ese irrepetible zarpazo oprobioso.


Enajenación de la identidad nacional


En la profundización de su estrategia invasiva total, Chile comenzó a patentar como originarios suyos algunos productos comerciales de bandera del Perú; p.e. diversas variedades de papa, el pisco, el suspiro limeño; con el propósito de erosionar la identidad nacional y debilitar el sentimiento de peruanidad. Todo ello, dentro de una estrategia global de dominación del Perú.


Clase dirigente chilena


La clase dirigente chilena es codiciosa y agresiva, cuyo leitmotiv al parecer es la ambición por la diversidad de riquezas y maravillas que posee el Perú; amén de su malquerencia por la admirable historia milenaria del Perú de la cual que ellos carecen. De ahí que sus castas militares cultiven sueños expansionistas para despojar al Perú de lo suyo; aun a costa de poner en riesgo la paz regional. Esa clase dirigente ambiciosa ha educado al pueblo chileno con la ideología expansionista de sentirse con derecho a usurpar aquello que no les pertenece. De ahí su voraz fijación en el Perú.


Clase dominante peruana


A diferencia de Chile, el Perú carece de clase dirigente.Tiene clase dominante, la cual
suele ser rentista, ególatra y parasitaria. Se enriquece a costa del trabajo del pueblo importándole muy poco el destino de la nación, las amenazas externas e internas. De modo que la clase política que gobierna el país se limitan a dejar hacer, dejar pasar; y que los problemas sociales se embalsen hasta que se resuelvan solos o estallen violentamente: dentro, la corrupción, la pobreza y el fundamentalismo narcosenderista que azota el país y afuera, la amenaza de embestida chilena fortalecida por el infraterno acecho ecuatoriano y boliviano. Es tiempo de que el Perú tenga una clase dirigente que asuma con coraje, dignidad y grandeza los retos del Perú, para poner punto final a la recurrente prepotencia y avasallamiento de Chile. La dignidad nacional es un valor tan preciado como la soberanía.


Identidad nacional


Las clases dominantes, las castas políticas, los caciques y caudillos, y el pueblo con escasa educación, carecen de un auténtico sentimiento de peruanidad; de apego y defensa de lo propio; de una sólida autoestima y conocimiento cabal de la historia de la nación. Por ello, el pueblo no diferencia lo nacional de lo extranjero; y por el contrario, se autosubestima y sobrevalora lo foráneo en desmedro de lo propio.


CONCLUSIÓN


En la actualidad el Perú se encuentra militarmente en la indefensión. De manera progresiva, Chile está invadiendo al Perú en todo terreno: comercial, empresarial, agroindustrial, portuario, recursos estratégicos, espionaje y enajenación de la identidad nacional, entre otras modalidades. Aunque lo niega reiteradamente, a la luz de los hechos Chile no es confiable. Se prepara para atacar el Perú, teniendo como pretexto el diferendo limítrofe marítimo, la protección de sus intereses económicos o cualquier otra coartada. Para ello, se arma de manera desproporcionada e injustificada. Es una amenaza real para la seguridad nacional. Tiene alianza estratégica con Bolivia, país que también se está armando con miras a lograr una salida al mar y cuyo Presidente agrede de manera frecuente e injustificada al Perú. De inmediato el Perú debe reestructurar sus relaciones con Chile, sin candidez ni sumisión; establecer alianzas estratégicas internacionales y denunciar esta amenaza en los foros internacionales competentes. Las guerras son confrontaciones de lesa humanidad que deben ser exterminadas por las fuerzas de la paz mundial y condenadas por los organismos mundiales multilaterales.
En el más breve plazo posible, el Perú debe poner fin al permanente trato prepotente y vejatorio por parte de la clase dirigente y de las castas militares pinochetistas de Chile; puesto que ello lacera profundamente la autoestima y la dignidad de los peruanos, lo cual socava la identidad nacional, en desmedro del desarrollo de la nación peruana.
Igualmente, debido a la situación de pobreza, oscurantismo mental y a sus lastres históricos, el pueblo peruano no tiene la visión de convertirse en un país desarrollado, del primer mundo. Falta educación y amor al Perú. Además, cabe recordar que se hace patria con educación y sin corrupción. Y, el ejemplo proviene del vértice del poder.


ALTERNATIVAS


Para poner fin a esta situación de oprobio tolerado por la clase política nacional, se proponen algunas alternativas a ser desarrolladas por parte del Estado, la institucionalidad, la sociedad civil y el colectivo nacional poseedor de conciencia cívica y nacional:


1.Adoptar el estado de alerta por el riesgo de un ataque relámpago de parte de Chile.
2. Definir claramente los objetivos geopolíticos del Perú a corto, mediano y largo plazo.
3. Cohesión sólida del pueblo peruano, manteniéndolo informado objetivamente.
4. Pronunciamiento claro y contundente del Perú pensante.
5. Movilización del pueblo peruano para que la historia no se repita.
6. Vigilar al máximo las relaciones bilaterales con Chile.
7. Revisión del TLC con Chile en el Congreso Nacional.
8. Denunciar el espionaje chileno ante la comunidad internacional: OEA, ONU, UE, UNASUR, desenmascarando sus propósitos belicistas y expansionistas.
9. Potenciar la capacidad disuasiva de las FFAA peruanas.
10. Cesar la compra de productos en los centros comerciales chilenos.
11. Hacer conocer plenamente a los niños y jóvenes la milenaria y rica historia nacional.
12. Educar a los niños y adolescentes de todos los estamentos sociales en los valores  nacionales y veneración de los símbolos patrios.
13. Desarrollar de manera activa, intensiva y personal la autoestima de los peruanos.
14. Desarrollar sistemáticamente el sentimiento de peruanidad en la niñez y juventud.
15. Hacerse respetar por sí mismo ante los países vecinos.
16. Hacer del Perú un país pacifista que se hace respetar en el contexto internacional.
17. Involucrar al pueblo en el compromiso de hacer del Perú un país desarrollado.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


1. Campodónico, Humberto. Perú-Chile: Inversiones asimétricas y conflictos. La República, 16 de noviembre de 2009. Lima.
2. López Martínez, Héctor. La batalla de las Salina y sus víctimas. El Comercio, 25 de noviembre de 2009.
3. López-Merino, Ignacio (2008). Sangre de hermanos. Lima: Editorial Planeta.
4. Porras Barrenechea, Raúl (1955). Fuentes históricas peruanas (Apuntes de un Curso Universitario). Lima: Juan Mejía Baca & P.L. Villanueva editores.

http://www.scielo.org.pe/scielo.php?pid=S1609-74752009000200013&script=sci_arttext


Potosì

Minerìa en Potosì Bolivia


Potosí Cerro Rico. Mina Morena 4227 m. Explore 16 de enero de 2010

El Cerro Rico, conocido también como Cerro de Potosí, y en quechua como Sumaq Urqu ("cerro hermoso") es una montaña de los Andes úbicada en el departamento de Potosí, Bolivia. Es famosa por que en época de la Colonia tenía las vetas de plata más importantes del mundo. Tiene una altitud aproximada de unos 4.800 msnm.
Actualmente, se puede visitar la mayor mina de su interior, la mina Pailaviri, hoy propiedad del Estado. Está dividida en 17 niveles a los cuales se puede acceder mediante un elevador, que de tres en tres metros, nos lleva hasta 240 m de profundidad, nivel accesible al público. La temperatura en el interior de la mina puede variar unos 45º C entre el exterior y los niveles más bajos. Hacia arriba del nivel de ingreso, a unos 70 m de altura, nos encontramos con el "Tío", representación del demonio o deidad horrenda poseedora de las minas, a quien se hacen ofrendas para sacar el metal de sus entrañas. Pailaviri trabaja continuamente desde 1545, es la mina más antigua cercana a la ciudad.
El cerro de Potosí se encuentra dibujado en el escudo de la ciudad de Arica.

Crecimiento de Villa Rica de Potosí
Año
Habitantes
1560
60.000
1580
125.000
1590
130.000
1600
145.000
1610
160.000




Las cifras de las exportaciones a España de oro y plata

Gráficos ilustrativos de la producción minera de oro y plata en la América colonial española


Años
Oro (kilos)
Plata (kilos)
1503-1510
4.965
0
1511-1520
9.153
0
1521-1530
4.889
148
1531-1540
14.466
86.193
1541-1550
24.957
177.573
1551-1560
42.620
303.121
1561-1570
11.530
942.858
1571-1580
9.429
1.118.592
1581-1590
12.101
2.103.027
1591-1600
19.451
2.707.626
Envíos a España de oro y plata en el s.XVI, en valores absolutos

Cerro Rico. En 1550 se dió en llamar a la montaña,  "La boca del infierno". 


El Cerro Rico, visto desde Potosí


Vale dos Potosí

Yacimiento de Mallku Khota podría convertirse en una de las minas de plata, además de indio y galio, más grandes del planeta. Pero no todos están contentos.

En 1670 sólo París y Londres superaban en habitantes a la boliviana Potosí, que duplicaba los 100.000 habitantes de Madrid, estaba arriba de los 150.000 de Lisboa y equiparaba a los de Amsterdam, centro del naciente capitalismo mundial. La razón residía en sus yacimientos de plata. La leyenda dice que una familia de la ciudad era tan, pero tan rica, que tiraba por la ventana la vajilla de ese metal usada en cada comida para no lavarla. Economía de enclave, el mineral se fue, la pobreza quedó. Increíblemente, el azar le da una nueva oportunidad a Bolivia: la canadiense South American Silver anunció que el yacimiento de Mallku Khota –ubicado al norte de Potosí– contaría con 255 millones de toneladas de mineral que incluyen: 230,3 millones de onzas de plata (con una ley de 28,7 gramos por tonelada); 1.481 toneladas de indio y 1.082 de galio. Estas dos última “tierras raras” esenciales para la electrónica y sistema de defensa contemporáneos. Se trataría, según un informe emitido por la empresa, de “uno de los yacimientos de plata, indio y galio más grandes del mundo, con una producción anual de más de 13,2 millones de onzas de plata en los primeros cinco años del proyecto”.
Sólo para cuantificar qué y cuánto mineral está disponible (al decir de la Corporación Minera de Bolivia, Comibol, la mina poseería igualmente reservas de oro) es necesaria una inversión de US$50 millones. Pero la prospección podría no ser tan fácil. El 7 de mayo pasado, habitantes de una de las comunidades cercanas al yacimiento tomaron como rehenes a dos policías en rechazo a que la minera continuara sus labores de prospección. El conflicto fue solucionado dos días después, luego que el ministro de Minería, Mario Virreira, y líderes comunales llegaran a un acuerdo. Pero éste es frágil; aparentemente dos de las 46 comunidades de la zona se oponen a la explotación por los posibles daños al medio ambiente.

viernes, 27 de julio de 2012

Nuestra historia vecinal


EL QUE NO CONOCE SU HISTORIA

EL QUE NO CONOCE SU HISTORIA ESTA SUJETO A COMETER LOS MISMOS ERRORES Y HORRORES DEL DESTINO

Si epopeya significa, según la Real Academia de la Lengua, "conjunto de hechos gloriosos dignos de ser cantados épicamente", la Guerra del Guano y del Salitre de 1879, mal llamada "guerra del Pacífico", no puede tener ese carácter porque simplemente fue de rapiña. Y es que Inglaterra utilizó a Chile contra el Perú para apropiarse de riquezas salitreras que no eran suyas. Desde esta perspectiva, la sanguinaria ocupación chilena en el Perú no puede ser heroica ni tener contornos de epopeya. No lo decimos solo nosotros, los peruanos, sino historiadores de la talla del inglés Sir Clement Markham, quien escribió cientos de páginas de aquella bestialidad, con apoyo inglés, que llevó "su afán de despojo y confiscación a límites nunca sobrepasados". "En todo lo cual –subraya el autor– se ve el efecto desmoralizador de una política de gloria militar y de conquista".
Por eso que este buen señor Markham auguró que el pueblo peruano, más allá de su quebranto, con seguridad se levantaría de las ruinas. En cambio lo que Chile obtuvo por la fuerza del despojo le sería siempre nociva. Dicho de otra forma, cualquier heroísmo que pudieran haber derrochado los sureños se devaluó con aquella sangrienta e ignominiosa ocupación que el Perú jamás olvidará.La guerra de 1879 de Chile contra Perú y Bolivia fue preparada en efecto por Inglaterra en apoyo de sus empresas o Casas Gibbs y North, que fueron las beneficiarias en la explotación del salitre arrebatado a peruanos y bolivianos. "En esta guerra Inglaterra envió 7 acorazados que estuvieron frente a la costa peruano-chilena, que si bien se mantuvieron "neutrales", intervendrían si Chile perdía la guerra", dice Santiago Paulovic.
El jefe marino de las fuerzas chilenas, Patricio Lynch, sirvió 15 años en el ejército británico, participando incluso en la guerra del opio, nos recuerda por su parte el peruanista mapochino Pedro Godoy.
Los uniformes chilenos fueron confeccionados con tela inglesa, los fusiles usados por soldados chilenos eran ingleses, los barcos y armas chilenas fueron vendidas por Inglaterra a precios simbólicos.
¿Neutralidad?Inglaterra, recuerda en otro momento Paulovic, bloqueó la venta de armas a Perú y presionó a otros países en la misma dirección. Perú mandó construir dos acorazados en Alemania, el "Sócrates" y el "Diógenes", pero al pasar por el puerto británico de Southampton fueron detenidos, en aplicación de las leyes británicas de "neutralidad"; sin embargo en plena guerra dejaron salir a un barco chileno, construido obviamente por los ingleses, tal como fue publicado en el diario norteamericano New York Herald.
Es más, ya en 1868, es decir once años antes de la guerra, Chile hacía gestiones secretas con el enemigo de entonces, España, apenas concluida la guerra en la que Perú triunfó, defendiendo incluso a Chile, para la adquisición de los barcos "Chacabuco" y "O'Higgins", que deberían ser sacados de sus astilleros por los ingleses.
Posteriormente, como ya es sabido, entre 1874 y 1875, Chile encarga a Inglaterra la construcción de otros dos modernos acorazados, con el agravante que en la sesión secreta del Congreso chileno del 2 de abril de 1879, se dejó constancia que los "preparativos para la guerra fueron organizados con mucha anticipación", es decir en 1868, teniendo el Estado chileno plena certeza de la superioridad de su marina frente a la peruana que estaba "en un estado lastimoso de abandono".
Tanto Inglaterra como Alemania, y en menor medida Francia, apoyaban a Chile, lo que incomodaba a Estados Unidos. Por eso es que en abril de 1882 el secretario de Estado norteamericano James Blaine, como lo publicó LA RAZÓN, ante la comisión de relaciones exteriores del Congreso norteamericano dijo estas memorables palabras: "La guerra del Pacífico es una guerra inglesa contra el Perú con Chile como instrumento".
Hay otras versiones no desmentidas que sostienen que el presidente norteamericano James Abram Garfield (1831-1881), por entonces opuesto a la entrega de territorio peruano a Chile, porque esto beneficiaba a Inglaterra, envío la fragata Lackawanna a la bahía de Arica para que un emisario suyo entable conversaciones de paz con los representantes de Perú, Chile y Bolivia, sin concretar sus propósitos.
Pero antes, según Paulovic, "ocurrió el 'oportuno' asesinato del presidente Garfield, y su sucesor se desentendió del problema. Dicen que extrañamente los documentos a los interrogatorios del asesino Charles Guiteau 'se perdieron'".
PirateríaPara que esto sucediera, años atrás, el estratega chileno Diego Portales tuvo que destruir, ¡con apoyo de peruanos!, en la primera guerra con Chile, en la batalla de Yungay (1839), la Confederación Peruano-Boliviana impulsada por ese gran visionario que fue el general Andrés de Santa Cruz Calahuama. Y tres años antes (1836), sin previa declaratoria de guerra, el mismo mercader Portales ordenó por sorpresa el asalto y captura de la flota más poderosa del Pacífico de entonces, la del Perú confederado, en un típico acto de piratería que la historia oficial ha olvidado.
El cholo Andrés de Santa Cruz había tratado de cumplir, bajo el ropaje de un guerrero de los Andes, de un Manco Inca del siglo XIX, la misión integradora de su tiempo: restaurar, en un nuevo estadio del desarrollo histórico, la unidad pan-andina que se había perdido con el colapso del imperio de los incas, objetivo vital que tanto el ideario de Bolívar cuanto el nuevo expansionismo portaliano tenían que socavar y/o liquidar, cada uno en su tiempo y a su manera: uno con la piratería y otro creando el Estado artificial de Bolivia.
Eran años en que la llamada "anarquía militar" de los guerreros se agotaba primero con Santa Cruz, luego con la muerte del último caudillo de esa época, Ramón Castilla, para dar pase al civilismo mercantil capitalino y costeño, que toma el poder para enriquecerse con las riquezas del guano y para dar pase a esa era de orgía de dispendio en 1872, a escasos siete años de la aciaga guerra, cuando esta casta dominante en la práctica licencia al Ejército y a la Marina, mientras en el país del sur se armaba, siempre con apoyo inglés, desde 1868, como señalamos líneas atrás, es decir once años antes del estallido del conflicto.
Es curioso como la historia oficial se esfuerza en ocultar la responsabilidad de líder político de los mercaderes del guano, el civilista Manuel Pardo, que desoyó las previsiones de Castilla ("si Chile compra un barco, Perú debe comprar dos"), destruyó y persiguió al Ejército, debilitó su ancestral espíritu guerrero, expuso a la patria a merced del expansionismo chileno que buscó pretextos, orquestados en efecto desde Gran Bretaña, para iniciar su guerra de rapiña que ahora pinta de "epopeya".
TraidoresEn la Guerra del Guano y del Salitre (1879-1883) ese civilismo limeño se pintó en su verdadera faceta. También los personajes tipo Mariano Ignacio Prado, quien era presidente al inicio de la guerra, pero ante los primeros fracasos, un 19 de diciembre de 1879, se fue a Europa, con el pretexto de comprar armas, llevándose un cuantioso botín de dinero, joyas y objetos de valor recolectado por las Damas de Lima para la defensa del país. Regresó en 1887, sin dar cuenta del dinero y joyas para las armas. Estos detalles poco a poco va "olvidando" la historia oficial, la que sí resalta el papel de uno de sus hijos, que fuera presidente del Perú dos veces: Manuel Prado Ugarteche.
Hubo también un coronel EP, Carlos Agustín Belaúnde, improvisado militar pierolista a quien dieron grado de coronel, el mismo que cuando los oficiales de Arica decidieron la defensa de la plaza por unanimidad, fue el único que se opuso con vehemencia. La historia cuenta que por este comportamiento, don Francisco Bolognesi dispuso su arresto y fue llevado preso al monitor "Manco Cápac", pero antes de la batalla de Arica logró desertar con destino a Moquegua. Uno de sus descendientes sería también presidente dos veces en la segunda mitad del siglo XX.
El "Taita" CáceresQuien salvó el honor nacional, en palabras de los mismos chilenos y de historiadores de otras latitudes, fue el caudillaje del coronel Andrés Avelino Cáceres Dorregaray, el "Taita" Cáceres, de actuar brillante en la campaña de Tarapacá al mando de la II División del Ejército del Sur. Combatió en la siguiente campaña de Moquegua, y luego en la de Lima, nuevamente como jefe divisionario, con el mismo rango de coronel. Y es que el grado de general sólo le fue otorgado por la Asamblea de Arequipa, a fines de 1882, siendo vicepresidente provisional don Lizardo Montero.
Los soldados de Cáceres, demás está decir, peleaban con machetes, lanzas, garrotes, piedras y unos pocos con fusiles anticuados. Eran las montoneras y las guerrillas de miles de indios pobres que lo acompañaban al "Taita" en la inmensidad de la cordillera. De los varios ejércitos que formara, la mayoría de sus hombres murieron en su ley, por el Perú. Y con seguridad que el último de sus ejércitos, derrotado con la complicidad de traidores en Humachuco, se hubiera recompuesto, y habría marchado sobre Lima, inexorable, si no fuera porque los chilenos calcularon que prolongar la ocupación era arriesgar el pellejo y obligaron a sus títeres –Iglesias en primer término- a la firma del ignominioso tratado de Ancón.
¿Qué había pasado en el ínterin de la guerra? Que en el curso de la conflagración el espíritu guerrero de los Andes, encarnado en Cáceres, había desplazado al mercantilismo costeño disfrazado políticamente de civilismo.
La reconstrucción"Finalizada la contienda, fue restaurada la Constitución de 1860 redactada por los discípulos del gran líder conservador Bartolomé Herrera, con su promesa de equilibro, y los empobrecidos mercaderes del campo y la ciudad fueron convocados para sumarse a la obra de la Reconstrucción Nacional. Pero cuando el país había sido saneado de las pesadas reparaciones de la guerra, el alma mercantil en falencia quiso asaltar nuevamente las arcas del Estado y copar el poder para repartirse los pocos dividendos de la convaleciente República", dice Fernán Altuve en cierta parte de su obra "La democracia fuerte".
Pero al final de la guerra no se diga que a Chile le fue de maravillas. Recuérdese que el presidente Juan Manuel Balmaceda quiso nacionalizar el salitre arrebatado a Perú y Bolivia, pero los intereses británicos le organizaron una guerra civil con el general Estanislao del Canto, que había combatido contra el Perú, desangrando a su país, y el mismo Balmaceda terminó suicidándose. Como se ve, ni Chile disfrutó del salitre, el único beneficiario fue Inglaterra. Así pagaron los ingleses a la felonía chilena.

miércoles, 25 de julio de 2012

Celendìn, Cajamarca y el gobierno nacional


CANTACLARO: La ansiada carretera a Cajamarca

martes, 28 de junio de 2011


Por Constante Vigil
Celendín

Desde tiempos pasados la construcción de la carretera fue una necesidad vital para el desarrollo de Celendín. En los primeros tiempos los viajes a diferentes ciudades se hicieron a lomo de bestia y en caravanas, denominadas arrierías, para protegerse de los bandoleros que asolaban la región.
En 1926 se empezaron los trabajos de construcción de la carretera hacia la capital del departamento, mediante el sistema de “Conscripción vial” o “Servicio de caminos”, instaurado por el presidente Augusto B. Leguía en la Ley Nº 4130, dada en 1920. En la fotografía se puede apreciar la alegría de los celendinos de la época construyendo su propia carretera.
Celendinos construyendo la carretera en 1926. (Foto archivo CPM)

Esta vía permaneció tal como la hicieron nuestros antecesores por muchos años, sin que las autoridades de turno hicieran nada por mejorarla. A lo más parchaban algún bache o reparaban algún derrumbe y con eso creían que tranquilizaban su conciencia y cumplían con su deber.
Los últimos gobiernos como el de Toledo y Alan García lanzaron con bombos y platillos programas viales de asfaltado en diferentes lugares de la república y el proyecto de asfaltado Cajamarca-Celendín-Río Marañón fue uno de los que se pusieron en ejecución.
El primer tramo, ejecutado por COSAPI, fue un éxito que nos llevó a un entusiasmo que pronto devino en desilusión cuando el segundo tramo La Encañada-Cruz Conga fue concedido a la UNI, y se concretó la estafa que todos conocemos, delito por el que están denunciados el Presidente del Gobierno Regional de entonces, Luis Felipe Pita Gastelumendi, Juan Espinoza Ocoña, ex gerente regional; Luis Armando Cabello Arteaga, segundo vicerrector de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI); asimismo, Heddy Marcela Jiménez Yábar, ex jefa de la Oficina Central de Infraestructura de la UNI, y contra el Consorcio Supervisor Vera & Moreno Ingedisa, representado por Rogelio Quiroz Chávez y José Muñoz Arriz.
Ante tanta corrupción, cuyos tentáculos, de conocerse, serían muy peligrosos, el Gobierno Central decidió retomar el proyecto mediante el Ministerio de Transportes en el programa Pro vías, convocando a postores para el tercer tramo; ojo, como si ya se hubiese construido el segundo. El ganador ha sido el Consorcio Cajamarca Celendín que está formado por Ortiz Construcciones y Proyectos Sucursal del Perú, empresa que, a pesar de llevar el nombre de Celendín, es española.Empresa que ha presentado un presupuesto de 164 192 122, 00 nuevos soles para hacerse de la buena pro.
Esta compañía debió iniciar los trabajos en febrero, pero nuevamente se ha visto entrampado el proyecto por que COSAPI ha interpuesto un recurso de apelación aludiendo especificaciones técnicas no contempladas en el proyecto español. El gobierno regional ha desestimado por infundadas las objeciones de COSAPI y éstos han iniciado juicio. Como sabemos un juicio demora en nuestro Perú un montón de años y ya podemos ir despidiéndonos de la carretera.

Por otro lado está el reclamo de los canteros y los campesinos. Los primeros son los que se han visto perjudicados por la UNI, que tomó materiales de construcción (grava, arena, etc.) en terrenos de sus propiedades, y los segundos son agricultores que han sido mermados en sus terrenos por el nuevo trazo y extensión de la vía. Lógicamente que hay que pagarles, pero la pregunta es: ¿Alcanzará el saldo de la estafa de la UNI para pagar a estos señores, o se lo embolsarán los que ya sabemos?

Han pasado 85 años y aún no tenemos una buena carretera.

Ya es tiempo, celendinos, de parar tanto abuso e ignominia. Tenemos que tomar conciencia de que con gestiones personales u oficiales, compadrazgos y ruegos no vamos a conseguir nada. Si seguimos con esta molicie que tanto daño nos hizo en el pasado, podemos esperar sentado media centuria más, como ocurrió en el caso de la Irrigación de Agua del Toro.
Tenemos que organizarnos para tomar medidas radicales y demostrarles a nuestras autoridades que no se los ha elegido para que se paseen en las camionetas del municipio, ni de la región, ni de Yanacocha y menos para que estén en banquetes y francachelas con los recursos del pueblo. Ha llegado la hora: es ahora o nunca. La decisión la tenemos todos.





MARTES 3 DE JULIO DEL 201216:44PERU

Cajamarca: enfrentamientos en Celendín dejan al menos tres muertos

El Ministerio del Interior informó que manifestantes contra Conga quisieron tomar la Municipalidad de Celendín. Hay policías y militares heridos



(Fuente El Comercio)
                                     

Opiniones luego del triunfo de Ollanta Humala en las elecciones para gobernar desde 2011 a 2016. Confianza de los ciudadanos en que su gobierno adquirirìa la ruta nacionalista para el bienestar de todos los peruanos y desprenderse de la  capital. Hoy en dìa la principal zona de conflicto es Cajamarca y sus provincias, incluyèndose Celendìn, contra los intereses de capitales mineros y en defensa del medio ambiente y su principal recurso : AGUA. 

Los pasos emprendidos por el gobierno de Humala no cubren las espectativas regionales. Se convocò a tècnicos y peritos internacionales sin resultados òptimos, hoy en dìa se cambia el tèrmino y designan "facilitadores" a dos religiosos,quienes en nombre de la cruz y como en la època de Pizarro, trataràn -como es lògico- que "el desarrollo continùe", por medio de sus bendiciones para que el futuro medioambiental proteja a los naturales y las mineras logren sus objetivos, de seguir como en la colonia, llevàndose los oros y riquezas hasta que se agote y posteriormente postrar un fantasma en el asiento explotado, y el entorno empobrecido. Como dirìamos la historia continùa.


OPINIÓN: Fujimori nunca más

martes, 7 de junio de 2011


Por Jorge A. Chávez Silva, “Charro”

El título de este artículo no pretende ser revanchista, ni quiere atizar ningún rencor contra los perdedores de la segunda vuelta electoral realizada el domingo 5 de junio. Se refiere simplemente al grito de protesta que enarbolaron los participantes de la marcha realizada 26 de mayo a nivel nacional.

Mario Vargas Llosa y Ollanta Humala, los vencedores de las elecciones en el Perú.

Y lo sacamos a relucir porque estamos convencidos que en ese acontecimiento empezó la recuperación de la conciencia nacional y la memoria de los peruanos para no olvidar a la nefasta dictadura encabezada por los siameses Fujimori-Montesinos durante la década de los noventa y que pretendió perpetuarse en el poder gracias a manejos políticos ya grupos de poder cómplices de este lodo de corrupción en que navegaron los antipatriotas de entonces. La gran cantidad de manifestantes enfervorizados que gritaban ese lema me dio el convencimiento de que el Perú saldría ganador en esta oportunidad.
La feroz arremetida de los grupos de poder encarnados en el Comercio y los canales de televisión que recurrieron a todo para sembrar el miedo y la desconfianza, pretendiendo torcer la libre voluntad de los peruanos, nos hizo temer a los convencidos de la democracia de que un sino siniestro amenazaba al Perú si conseguían la reedición del peor régimen de nuestra historia y este temor aumentaba a medida que propalaban encuestas manipuladas que daban como segura ganadora a la hija del dictador.
Los congresistas fujimontesinistas, recientemente reelegidos empezaron a sacar los dientes, Martha Chávez amenazando al poder judicial, Luisa Cuculiza amagando con reformar a los universitarios en los cuarteles, Trelles, con cara de inocente, aduciendo que ellos mataron menos y el colombicida Rafael Rey Rey afirmando que no le constaba de que Montesinos sea un asesino y que la esterilizaciones a 300 000 campesinas y mujeres humildes no fue contra su voluntad, sino “sin su voluntad”.
Ellos no lo decían, pero dejaban entrever en sus palabras el verdadero rostro del fujimontesinismo: prepotente e intransigente con quienes no piensan como ellos, y , pese a que la candidata de la mafia ordenó que los llevaran al closet para que no la embarraran más, algunos de dieron maña para salir y meter de nuevo la pata. Estos errores, que los diarios adictos quisieron pasar por desapercibidos, fueron el primer indicio del despertar de los peruanos que realmente amamos al Perú y pretendemos vivir pacíficamente en democracia.
Tal parecía que estábamos viviendo los terribles momentos del fujimontesinismo, con su prensa parametrada y sus canales capturados propalando el miedo y la difamación contra el candidato de Gana Perú. Trajeron al Francotirador, convertido en esbirro esta vez, para que dinamitara a Ollanta, tal como hizo con Lourdes Flores, al oráculo brasileño Reinaldo Dos Santos para que vaticinara la victoria de la mafia y hasta se valieron del controvertido cardenal Juan Cipriani (“Los derechos humanos son una cojudez”) para que convirtiera el púlpito en una tribuna política predicando contra el nacionalismo.
Contra todas estas maniobras, el pueblo dio una lección de civismo y madurez, eligiendo a un peruano auténtico como nosotros para que rija los destinos de nuestra patria. Primera vez que la izquierda gana unas elecciones en el Perú y creemos que Ollanta y su equipo cuidarán de que las cosas mejoren en el país y que los postergados y más pobres tengan participación en la bonanza que tanto cacarea Alan García cuando se refiere a la economía del Perú. Por esto creemos que los grandes ganadores de esta elección han sido el pueblo peruano y la democracia.
Perdieron esta vez El Comercio y sus suplementos, el Correo, cuyo director Aldo M., no tuvo el coraje de anunciar la victoria nacionalista, la Razón y los pasquines de los Wolfenson, los canales 4, 2, 5, 9, Canal N, a quienes la Onpe favoreció con la propalación de la franja electoral, postergando al canal 11 que hacía oposición; RPP y su nefasto director Raúl Vargas; Jaime Bayly, que fracasó en su intento de demoler a Ollanta.
Perdieron también PPK, Mercedes Araoz, Luis Castañeda, San Román, Cipriani, Jaime de Althaus y hasta el propio Alan García que no pudo cumplir con su deseo de que no salga elegido quien no sea de su gusto.
Fue feliz el reencuentro de nuestro Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, quien asumió el compromiso con verdadero patriotismo y condujo de la mano a todos los demócratas a la gran victoria que hace avizorar un mañana lleno de esperanzas para el Perú.
Como información adicional adjuntamos el resultado electoral que nos alcanza nuestro amigo y colaborador Wilder Sánchez Sánchez.

RESULTADOS EN CELENDIN

A nivel provincial con el 100% de actas procesadas y 94.7% contabilizadas:
Ollanta Humala: 53.195%
Keiko Fujimori: 46.805%
A nivel del distrito de Celendín (ciudad de Celendín y caseríos del distrito), al 100% de actas procesadas y 95.5% contabilizadas:
Ollanta Humala: 62.181%
Keiko Fujimori: 37.819%
Distrito de Huasmín (100% de actas procesadas y 96.607% contabilizadas):
Ollanta Humala: 70.481%
Keiko Fujimori: 29.519%