sábado, 10 de diciembre de 2011

La Prèdica Radical de Manuel Gonzàles Prada

Nacido en el seno de una familia aristocrática y conservadora, González Prada fue educado en Valparaíso (Chile) durante un destierro familiar por motivos políticos. De regreso a Lima fue matriculado en el seminario de Santo Toribio de Mogrovejo con la esperanza de consagrarlo al sacerdocio. Contestatario e insatisfecho con la carrera de seminarista, abandonó sus estudios teológicos y logró ingresar al colegio de San Carlos, donde destaca en los cursos de química, letras y filosofía; asimismo, entre 1870 y 1879, se retira a la hacienda “Tutumo”(Mala) de su propiedad, dedicándose a la agricultura. Vivió muy cerca la tragedia de la guerra. Participó en la defensa de Lima y, destruidas las líneas de San Juan y Miraflores y ocupada la capital, optó por el encierro domiciliario para no “ver la insolente figura de los vencedores”. Consagrado como un escritor de verbo penetrante, sus frases fueron verdaderos latigazos de cólera dirigidos contra la clase política que llevó al Perú a la situación de 1879:“¿Qué fueron por lo general nuestros partidos en los últimos años? Sindicatos de ambiciones malsanas, clubs eleccionarios o sociedades mercantiles.¿Qué nuestros caudillos? Agentes de grandes sociedades financieras, paisanos astutos impulsivos que veían en la presidencia de la República el último grado de la carrera militar”. Por ello, en el Politeama decía a los estudiantes de Lima: “Niños, sed hombres, madrugad a la vida, porque ninguna generación recibió herencia más triste, porque ninguna tuvo deberes más sagrados que cumplir, errores más graves que remediar ni venganzas más justas que satisfacer”.Tampoco ocultó su odio a Chile: “Si somos versátiles en amor, no lo somos menos en el odio: el puñal está penetrando en nuestras entrañas y ya perdonamos al asesino. Alguien ha talado nuestros campos y quemado nuestras ciudades y mutilado nuestro territorio y asaltado nuestras riquezas y convertido al país entero en ruinas de un cementerio; pues bien, señores, ese alguien a quien jurábamos rencor eterno y venganza implacable, empieza a ser contado en el número de nuestros amigos, no es aborrecido por nosotros con todo el fuego de la sangre, con toda la cólera del corazón. Si el odio injusto pierde a los individuos, el odio justo siempre salva a las naciones”.Evolucionado al anarquismo, al anticlericalismo e incluso al ateísmo, González Prada se definió como un “pensador libre” y se constituyó en uno de los intelectuales de mayor trascendencia en el desarrollo de las ideas del siglo XX. Por ejemplo, influyó notablemente en el pensamiento de la Generación del 900 y en las ideas de Víctor Raúl Haya dela Torre y José Carlos Mariátegui. En 1891 fundó la Unión Nacional con una propuesta cercana al “liberalismo” de la Revista de Lima,pero llena de conceptos radicales: régimen federal de gobierno, sufragio directo extendido aun a los extranjeros, reforma del régimen tributario, devolución de tierras usurpadas a las comunidades indígenas, mejoramiento de la condición de vida a los obreros, reorganización de la Guardia Nacional, etc. Lo acompañaron en esta agrupación Abelardo Gamarra “El Tunante”, Germán Leguía y Martínez, Luis Ulloa, Carlos Germán Amézaga y otros. Murió en 1918 cuando ocupaba la dirección de la Biblioteca Nacional. En vida publicó sólo dos libros de ensayos,Páginas libres(1894) y Horas de lucha(1908) y tres poemarios. Luego, su hijo y su esposa reunieron y publicaron algunos de sus escritos en prosa y verso; su obra completa sería publicada por Luis Alberto Sánchez en 1986.

No hay comentarios: